Una legislatura fiada a la salida de la crisis que aún no da frutos

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Rajoy acabó con el fantasma del rescate, pero el paro sigue lastrando su gestión

23 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni siquiera Mariano Rajoy, que no es precisamente un optimista, podía imaginar el 20 de noviembre del 2011 el calvario que recorrería durante los siguientes tres años. Aquella noche, enarboló desde el balcón de Génova un discurso tremendamente contenido para alguien que acababa de cosechar el segundo mejor resultado electoral de la etapa democrática. Previendo ya la que se le venía encima, advirtió de que nadie esperara «milagros» y que le tocaba gobernar «en la más delicada coyuntura que haya tenido España en 30 años». «No habrá otros enemigos que el paro, el déficit, la deuda y el estancamiento económico», señaló, aunque anunciaba ya que, con él en el Gobierno, España sería el socio «más cumplidor» de la UE.

Tres años después, se ha demostrado que todas aquellas cautelas eran pocas. De aquellos cuatro enemigos económicos que divisaba Rajoy, solo ha podido contener a duras penas a dos de ellos, el déficit y el estancamiento económico, pero, de momento, pierde la guerra contra el paro y la deuda. En el 2011, lo apostó todo a la salida de la crisis y a evitar el rescate. En apenas un mes, renunció a su programa al anunciar una subida de impuestos que echaba por tierra todo su discurso de campaña. Y, poco después, aprobaba una reforma laboral que abarataba el despido. Aquello fue el inicio de una pérdida progresiva de confianza por parte de la ciudadanía, de la que Rajoy no se ha recuperado. El líder del PP pensó que la situación económica mejoraría rápidamente antes del 2015 y que eso compensaría electoralmente el desgaste de los ajustes. Hoy, no está nada claro que le vayan a salir las cuentas. Ni siquiera sus grandes logros, el haber evitado el rescate contra todo pronóstico y el saneamiento de un sistema financiero muy enfermo, le garantizan nada, ya que el precio de evitar el rescate fueron los recortes y el de limpiar la banca la inyección de miles de millones de euros, en contra también de sus promesas electorales.

Algunos indicadores dan sin embargo la razón al discurso que Rajoy pronunció el pasado 20 de noviembre en la entrega de los premios Fernández Latorre de La Voz de Galicia, cuando dijo que España «comienza a recoger los frutos de una siembra bien hecha». El 22 de noviembre del 2011, heredó de Zapatero una prima de riesgo en 468 puntos. En muy poco tiempo, el 24 de julio del 2012, subió con Rajoy hasta los 638. El pasado viernes, sin embargo, la prima cerró en 125 puntos. Algo similar ocurre con la evolución del PIB, que en el 2011 se contrajo un 0,6 %. La situación empeoró en el 2012 y 2013, ya con Rajoy, con caídas del 2,1 % y el 1,2 %. Sin embargo, este año las previsiones son que España crezca un 1,2 % Otros datos, como el del paro, dejan claro que, aunque en los últimos meses se ha invertido la tendencia, la situación es peor incluso que con Zapatero.

Corrupción y Cataluña, lastres

En aquel entonces, el número de parados, según la Encuesta de Población Activa (EPA), era de 5.273.600 (22,85 %). El tercer trimestre del 2014 se ha cerrado con 5.427.700 parados (23,67 %), aunque la cifra ha descendido notablemente desde que el primer trimestre del 2013, cuando se alcanzó el récord de 6.202.700 parados (27,16 %). En lo que afecta a la deuda, la derrota es clara. Del 66 % del PIB en la que la dejó Zapatero, se ha pasado a deber el 97,1 % del PIB.

El problema para Rajoy es que ni siquiera los buenos datos macroeconómicos llegan hasta la calle y que los ciudadanos siguen sin percibir una mejora de su situación. De ahí la paradoja de que, mientras en el extranjero sus reformas reciben elogios, en España su Gobierno sea el peor valorado de la democracia.

El líder del PP confía en que la situación económica siga recuperándose de aquí a que se celebren las elecciones generales y en que esa mejoría llegue por fin a la calle. Pero su cálculo de fiar la legislatura a la salida de la crisis se ha topado, además, con dos lastres, fruto quizá, precisamente, de haber desatendido esos frentes. Por un lado, el desafío independentista catalán, que no se ha saldado con la derrota definitiva que Rajoy esperaba el 9-N y le obliga a redoblar esfuerzos para encauzar ese órdago. Y, por otro, el surgimiento de nuevos casos de corrupción en el PP, que no solo lastran su imagen, sino que han provocado un peligroso y desestabilizador aumento de la tensión en su partido, al que también ha desatendido al volcarse en el Gobierno.

Pese al enorme desgaste sufrido, a Rajoy le queda sin embargo el consuelo de que el PSOE apenas recupera terreno, aunque la perspectiva de que Podemos acabe con el bipartidismo no es precisamente buena noticia para el líder del PP de cara al futuro.

Paro

154.100 desempleados más

El 2011 cerró con 5.273.600 parados. (22,85 %). Ahora hay 5.427.700 (23,67 %).

Prima de riesgo

343 puntos menos

La prima de riesgo en diciembre del 2011 era de 5.468 puntos. Hoy es de 125 puntos.

Deuda

Del 66 % del PIB al 97,1

Rajoy heredó una deuda pública en torno al 66 % del PIB, que se ha elevado hasta el 97,1