La convocatoria del referendo soberanista, decidido de manera unilateral por el Gobierno catalán, mantiene dividida a la clase política gallega, ya que mientras los dos partidos mayoritarios, PP y PSdeG, reproducen la posición a nivel de estado, las minorías de AGE y BNG le dan cobertura a Artur Mas.
El línea con el diálogo ofrecido que Rajoy ofreció ayer a Mas para no romper la cuerda, el portavoz parlamentario del PPdeG, Pedro Puy, reparó que la «liña vermella» en este asunto está en el respecto al Tribunal Constitucional, y destacó como positivo que «aínda non se cruzou». Desde el PSdeG, su secretario general, José Ramón Gómez Besteiro, insistió en que su partido no se limita de la consulta «que é ilegal e punto», sino que propone una solución con la reforma de una Carta Magna que -agregó- no debería quedarse en la foto fija de la España de 1978.
Desde el grupo parlamentario AGE, su viceportavoz, Yolanda Díaz, considera que PP y PSOE «cometen un erro histórico» al convertir la consulta «nun problema partidista». Reprocha a los dos partidos mayoritarios que están prejuzgando lo que va a decidir el Constitucional e insiste: «Hai que permitir que o pobo catalán se exprese». El portavoz nacional del BNG, Xavier Vence, sostiene que «nin a miopía nin a cerrazón do Goberno central van a contribuír a solución do problema». El Bloque, que defiende una consulta «con plenas garantías democráticas».