El desafío soberanista catalán, en terreno desconocido

T. Novoa REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Artur Mas mantiene en secreto su estrategia después de la suspensión de la consulta, pero todo apunta a la convocatoria de elecciones plebiscitarias

29 sep 2014 . Actualizado a las 09:46 h.

Si todo sucede según lo previsto, el Tribunal Constitucional suspenderá el martes la ley de consultas catalana y, consecuentemente, el decreto de convocatoria del referendo del 9 de noviembre. A partir de ahí, entraremos en lo que Artur Mas ha dado en definir como territorio desconocido. Lo más probable es que acabe convocando elecciones, a las que pretende dar un tono plebiscitario en un intento de centrar la campaña en el derecho a decidir con la idea de reforzar políticamente la causa soberanista.

¿La suspensión de la consulta es automática?

Sí. El artículo 161.2 de la Constitución faculta al Gobierno para impugnar las disposiciones de las comunidades autónomas. En el momento en que el pleno del Constitucional admita a trámite el recurso, suspenderá la ley recurrida. Una decisión que deberá levantar o ratificar, lo más probable, en un plazo de cinco meses.

¿Quedaría anulada la campaña?

Sí. La ley de consultas está en vigor en estos momentos, y de acuerdo con ella desde ayer está abierta la campaña oficial. Esto cambiará a partir del momento en que el Constitucional la anule. Desde ese mismo instante, la ley y todo lo que derive de la misma queda suspendido. Eso incluye tanto el decreto de convocatoria, aunque también sea impugnado separadamente por el Gobierno, como los actos de campaña. Es decir, la Generalitat deberá suspender la campaña institucional y no podrá realizar ningún acto de promoción o preparación de la consulta. Los partidos, obviamente podrán realizar los actos políticos que les son propios, pero no aquellos que puedan ser considerados de campaña.

¿Sería delito continuar la campaña?

Sí. Y tanto el Gobierno como la Fiscalía ya han anunciado que perseguirán y llevarán a los tribunales a quienes hagan oídos sordos a la suspensión de la consulta. Las autoridades y funcionarios que incurran en desobediencia, tipificada en el artículo 410 del Código Penal, podrían ser inhabilitados de seis meses a dos años. Además, podrían incurrir en prevaricación, por lo que la inhabilitación podría llegar los 10 años. En el supuesto más grave, que es el de que se continúe adelante con la celebración de la consulta, como reclama ERC, Artur Mas y demás autoridades podrían incurrir en un delito de sedición, penado, de acuerdo con el artículo 544 del Código Penal, con hasta quince años de prisión.

¿Podría el Gobierno suspender la autonomía?

No parece posible. El Gobierno puede apelar como último recurso al artículo 155 de la Constitución para obligar al Gobierno catalán a cumplir la ley. Como no está desarrollada esta previsión, los expertos no se ponen de acuerdo en el alcance, pero sí parece haber acuerdo que no se puede suspender la autonomía. Pero faculta al Ejecutivo, previa autorización del Senado por mayoría absoluta, para adoptar las medidas necesarias para forzar a la Generalitat a cumplir las previsiones constitucionales. Pero habrán de ser proporcionadas y limitadas a ese objetivo.

¿Desobedecerá Artur Mas al Constitucional ?

No lo ha aclarado, pero siempre ha dicho que la respuesta será consensuada con los partidos que promueven la consulta soberanista y que, en todo caso, respetará la legalidad y la democracia. Es decir, todo hace indicar que descarta la vía de la desobediencia y que apostará por una respuesta política. Su intención es parapetarse tras las movilizaciones ciudadanas en un intento de capitalizar el descontento del sector social más independentista con vistas a ganar fuerza de cara a unas elecciones.

¿Sustituirá la consulta por unas elecciones?

Es lo más probable. Las dudas son la fecha y cómo se plantearán. Los alcaldables de CiU pretenden retrasarlas hasta después de las municipales, para evitar ser contaminados por una más que probable derrota de Mas en las autonómicas. El previsible ganador, Oriol Junqueras, también quiere demorarlas para reforzar su posición y llegar a la mayoría absoluta. Pero no parece fácil mantener el impasse que provocará la suspensión de la consulta. Todo dependerá de su capacidad para crear un frente electoral soberanista, muy improbable dado que ambos candidatos pelearían por el mismo electorado. Además, todo hace indicar que habrá un auténtico corrimiento de alianzas, con la ruptura de CiU y escisiones en el PSC. A partir de ahí, entramos en territorio ignoto.