ERC desprecia al Constitucional e insta a Mas a convocar la consulta

T. Novoa REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Una de las últimas acciones de la Asamblea Nacional Catalana ha consistido en desplegar una gran pancarta en el Monasterio de Montserrat para pedir el apoyo del Papa a la consulta.
Una de las últimas acciones de la Asamblea Nacional Catalana ha consistido en desplegar una gran pancarta en el Monasterio de Montserrat para pedir el apoyo del Papa a la consulta. Albert gea < / span>reuters< / span>

Convergència amenaza con una declaración unilateral de independencia

01 sep 2014 . Actualizado a las 09:51 h.

A medida que se acercan los momentos decisivos en el proceso soberanista catalán aumenta el nivel y el cruce de desafíos entre todos los protagonistas, de uno y de otro lado. Mientras el presidente del Gobierno se mantiene fiel a su posición tradicional, como reiteró ayer en Soutomaior al asegurar que no tolerará que se viole ley, en Cataluña siguen haciendo oídos sordos. «Nosotros también esperamos que Rajoy no viole la ley y el sentido común impugnando una ley como la de consultas, cien por cien legal», le respondía el vicesecretario general de Unió, Toni Font.

Los nacionalistas catalanes mantienen su tesis de que la consulta prevista para el 9 de noviembre se ampara en la legalidad de la ley de consultas que aprobará a mediados de mes el Parlamento catalán, y goza de la legitimidad que le confiere la voluntad de la mayoría de los ciudadanos de la comunidad, según sus tesis, reiteradas por el número dos de CDC, Josep Rull, en una entrevista a La Razón. Pero más allá de la retórica habitual, sigue sin concretar, al igual que Artur Mas, que hará la Generalitat cuando, según lo previsto, el Gobierno recurra al Constitucional la convocatoria de la consulta y el tribunal la suspenda.

Porque entonces se le abrirá un nuevo frente: si sigue adelante con el referendo, el Ejecutivo puede proceder penalmente contra Artur Mas e incluso, en un caso extremo que reclaman ciertos sectores, intervenir la autonomía en aplicación del artículo 155 de la Constitución. Y si acata la suspensión, según han dejado entrever la mayoría de los dirigentes tanto de Convergència como de Unió, Mas se puede topar enfrente con ERC, que en estos momentos tiene la llave de la gobernabilidad en Cataluña.

Por eso, Convergència da una de cal y otra de arena para no desairar a ERC. Con este propósito, en sus declaraciones, Josep Rull llega a dejar abierta la puerta incluso a la declaración unilateral de independencia siempre que los catalanes hayan pasado antes por las urnas y se hayan agotado las vías de negociación. Tanto Rull como Mas insisten en que cualquier decisión que se tome sobre el proceso soberanista se hará de acuerdo con el resto de los partidos que lo impulsan.

Pero esas declaraciones, que nunca se salen de una ambigüedad perfectamente calculada, no despejan los temores en Esquerra. Por esta razón, el líder de esta formación, Oriol Junqueras, se niega a dar un paso que le vienen reclamando desde Convergència, y que es una mayor implicación en el Gobierno catalán.

Cumplir lo acordado

En una entrevista publicada por el diario Ara, Junqueras se muestra «convencido de que habrá urnas, porque todos los que firmaron el acuerdo del 12 de diciembre lo cumplirán». Pero acto seguido deja entrever sus recelos y argumenta que no entra en el Ejecutivo de Artur Mas «porque quiero estar seguro de que cumplen» el pacto de diciembre pasado en el que se fijó la consulta y la hoja de ruta para llegar hasta ella. Junqueras insiste en su tesis de que el referendo debe celebrarse, diga lo que diga el Constitucional, porque se trata de «un tribunal político» cuya «legitimidad para prohibir la democracia en Cataluña es inexistente». En su apelación a saltarse la legalidad y desoír a las instituciones que la salvaguardan, Junqueras argumenta que «el derecho al voto es fundamental y no puede ser limitado por una instancia judicial».

Y en inequívoca advertencia a Artur Mas, asegura que «si yo, Oriol Junqueras, presidente de ERC, tuviera 70 o 80 diputados en el Parlamento, no dude de que yo ya habría hecho hace mucho tiempo» la declaración unilateral de independencia.