La nueva ley provocaría el cambio político en 13 concellos y 55 irían a una segunda vuelta

Carlos Punzón / Antía Urgorri REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Con los resultados del 2011, Ourense y Pontevedra tendrían que volver a votar

22 ago 2014 . Actualizado a las 14:28 h.

La mitad de la población de Galicia tendría un mapa político distinto al que determinaron las urnas y los pactos postelectorales en los últimos comicios locales si la reforma electoral que plantea Mariano Rajoy estuviese ya en vigor. Hasta 1.300.665 gallegos (el 47,02 % del censo) verían como la composición de sus actuales corporaciones estaría sujetas a cambios, bien por la realización de una segunda vuelta entre las dos fuerzas más votadas en caso de no registrar mayorías absolutas, o por la pretendida asignación de la alcaldía de manera directa a los candidatos que, pese a no tener la mitad más uno de los escrutinios, superasen la barrera del 40 %. Conseguir más de cinco puntos porcentuales sobre el inmediato rival es la condición que los populares barajan en ese caso para asignar la mayoría absoluta política, aunque no lo sea de aritmética.

Pese a que la intención que el PP esgrime para impulsar la modificación electoral es dotar a la Administración local de mayor estabilidad, en el arranque del mandato no sería así para los 55 municipios gallegos que deberían votar dos veces antes de saber el nombre de su nuevo alcalde. 637.303 personas deberían someterse a una segunda campaña electoral y a unos nuevos comicios entre los dos candidatos más votados. En esa situación de doble cita electoral, por no superar ninguna lista el 40 % o haberlo logrado dos candidaturas y quedar separadas ambas por menos de cinco puntos, se verían urbes como Ourense, Pontevedra, Narón, Culleredo, Cambre, Ponteareas, Monforte, Viveiro, Sada, Gondomar, Fene u Ordes, entre las más pobladas de las que ahora cuentan con alcaldes en minoría o con el bastón de mando soportado por más de un grupo.

Filtro para 21 alcaldes del PP

Con los resultados del 2011 sería el propio PP el partido con el mayor volumen de alcaldías que tendrían que pasar el nuevo filtro. Hasta 21 de las 55 en las que habría que realizar una segunda vuelta tienen alcalde popular, mientras que en la misma disyuntiva se encontrarían 15 regidores socialistas, otros doce elegidos en las listas del BNG y seis más que lo hicieron al frente de formaciones de corte local e independientes.

En Cee, Moeche, Sada y Vilamartín de Valdeorras el PP cabría la posibilidad de perder en la segunda cita con las urnas la alcaldía que ostenta pese a no haber sido el partido más votado. Sin embargo las piezas a cobrar por los populares en lo que se refiere a volumen de población serían mayores que las hipotéticas bajas si el liderazgo obtenido en las urnas pero perdido en los pactos de sus rivales se refrendase en una segunda consulta. En Ourense, Pontevedra, Cambre, Rianxo o Viveiro el PP gozaría de esa segunda oportunidad de investir a sus candidatos que resultaron los más votados.

Mayorías esfumadas

Eso sí, la reforma de Rajoy sumiría en la incertidumbre a algunas localidades en las que ahora su partido goza de mayoría absoluta, pues la modificación de los criterios de reparto haría que en Punxín, A Veiga y Vilardevós la ventaja de menos de dos puntos que separaron a populares de socialistas en el 2011 sean insuficiente con el cambio de ley manejado para determinar vencedor a la primera. La pérdida de la misma condición de líder indiscutible al tener que someterse con la reforma a una segunda vuelta le ocurriría al PSOE también en Camariñas y Piñor.

La fórmula de la doble cita con las urnas para determinar el color de la alcaldía podría evitar situaciones como la vivida en Os Blancos, donde el empate total fue roto en sorteo en favor de una formación local.

Lo que resultaría más determinante de la reforma electoral que maneja Rajoy es el cambio de color que propiciaría el bajar diez puntos la nota que otorga la mayoría absoluta. Vigo, donde los ocho puntos que Corina Porro obtuvo de ventaja en las urnas sobre Abel Caballero le hubieran convertido así en alcaldesa al lograr más del 40 % de los votos.

Junto a Vigo, el cambio de partido al frente del Gobierno local en favor del PP se registraría también en Lugo, Betanzos (por 9 décimas), Noia, Mondoñedo, Salceda, Carnota, Toques, O Incio, Riotorto y A Illa de Arousa. Pero la misma regla le quitaría a los populares el bastón de mando en Negreira, que pasaría al PSOE, como en A Mezquita la lista independiente local pasaría por encima de la alcaldía otorgada al BNG en el 2011.

La reforma reforzaría finalmente con mayorías absolutas alcaldías ahora en minoría o soportadas con pactos en 18 ayuntamientos: Vilagarcía, Carballo, Cangas, Redondela, Sanxenxo, Ares, Corcubión, Boimorto, Laxe, Santiso, Teo (si no se hubiese registrado la escisión en el BNG), Vedra, Láncara, A Rúa, Arbo, Cuntis, A Guarda y Moaña.