Cronología de una controvertida repatriación

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

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El religioso Miguel Pajares se ha convertido en el primer español y europeo afectado por esta virus del ébola

12 ago 2014 . Actualizado a las 17:05 h.

A comienzos del mes de agosto, la epidemia del ébola comenzaba a convertirse en un verdadero quebradero de cabeza para los organismos de todo el mundo. Dos de los casos que se detectaban eran los de dos españoles. El religioso Miguel Pajares, de 75 años. de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, y el de la hermana Juliana de las Misioneras de la Inmaculada Concepción, africana con nacionalidad española. Ambos fueron aislados junto a otros compañeros en el Hospital San José de Monrovia (Liberia) donde pocos días atrás había fallecido el director del centro a causa del virus. En él también se encontraban aislados otras dos misioneras de la Inmaculada Concepción, Chantal y Paciencia, y el administrador del Hospital Eugene, de nacionalidad ghanesa. El sacerdote se encontraba mal, con bastante fiebre al inicio de su contagio, y además por su elevada edad y sus problemas cardiacos, el empeoramiento fue notable poco tiempo después de contraer la enfermedad.

El 5 agosto los malos presagios se confirmaban: el religioso español Miguel Pajares padecía ébola. Horas antes de conocerse el resultado, el sacerdote explicó a la agencia EFE que se sentía «abandonado» en el país africano y esperaba ir pronto a España para recibir una atención sanitaria adecuada. «Me gustaría ir a España porque tenemos muy mala experiencia con lo que ha sucedido aquí. Aquí estamos abandonados. Queremos ir a España y que nos traten como Dios manda». Con voz muy débil y entrecortada, el religioso explicó que tenía fiebre alta y que era incapaz de levantar la cabeza.

Reacciones

La sociedad reaccionó pronto ante el caso y pocas horas antes de conocerse el resultado que confirmaban que el religioso se había contagiado, ya eran cerca de 75.000 personas las que habían firmado a través de change.org una petición al Ministerio de Asuntos Exteriores y al presidente del Gobierno, para que el religioso español fuese repatriado.

Pocas horas después de conocerse el positivo por ébola y el empeoramiento en el estado de salud de Miguel Pajares, el ministerio de Sanidad decide repatriar al religioso español. El Airbus A310, que normalmente son utilizados para el transporte de autoridades del Gobierno y de la Casa Real, aunque también son requeridos para el relevo de tropas, partía de la base aérea de Torrejón de Ardoz. El aparato fue equipado con todas las medidas de seguridad según los protocolos que marca la Organización Mundial de la Salud. En él viajó personal especializado en defensa y sanidad. En el Hospital San José de Monrovia se quedaron ingresados otros tres religiosos compañeros de Pajares infectados de ébola.

Miguel Pajares fue ingresado en las instalaciones del hospital Carlos III de Madrid con una «situación clínica estable». Dos ambulancias equipadas con medios de aislamiento biológicos trataron al religioso y la hermana Juliana desde Torrejón hasta el hospital.

El sacerdote fue internado en la sexta planta del centro hospitalario donde fueron activados los protocolos marcados por la Organización Mundial de la Salud que garantiza un riesgo mínimo para la atención a los pacientes con este tipo de enfermedades infecciosas. Pajares comenzó a ser tratado el pasado sábado con el ZMapp, el medicamento que se está administrando en EEUU de manera experimental, y que se puso a disposición de los médicos del hospital Carlos III tras ser autorizado por el Ministerio de Sanidad. También un médico de La Paz y presidente de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid afirmó que la decisión de traer al sacerdote fue «política y no sanitaria».

La repatriación a debate

La llegada de Miguel Pajares a Madrid suscitó muchas opiniones a cerca de la repatriación de un enfermo de ébola. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, ha dudado de que la repatriación de enfermos de ébola fuese una «medida apropiada» debido a los recortes en Sanidad de la Comunidad de Madrid y el «desmantelamiento y deterioro» que ha sufrido el hospital al que fue trasladado.

En un principio, el Gobierno afirmó a través de la directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa que la Orden San Juan de Dios a la que pertenecía el religioso tendría que asumir los gastos porque eran ellos los que habían solicitado la repatriación. Ante las críticas que se suscitaron el Gobierno decidió no cobrar los gastos de la repatriación y rectificar así de su primera decisión.

A pesar de recibir el tratamiento experimental que en los últimos días había conseguido que su estado fuese estable, el padre Pajares se convierte en el cuarto fallecido que trabajaba en el hospital San José, después de que se conociera ayer el fallecimiento del religioso George Combey. La muerte de este ghanés se suma a la de la religiosa Chantal Pascaline, que perdió la vida el pasado sábado, y a la del director del centro sanitario, ocurrida el 3 de agosto, a quien cuidó el sacerdote español.

Mientras tanto, la religiosa de origen guineano y pasaporte español que fue repatriada junto a Pajares desde Liberia, Juliana Bonoha continúa su recuperación y su estado de salud permanece estable. Fuentes del Hospital de La Paz, del que depende el Carlos III, han indicado a Efe que previsiblemente hoy se repetirá el test del ébola a la religiosa para descartar definitivamente que ha contraído el virus. Entre tanto, sigue luchando contra esta enfermedad la hermana Paciencia Melgar, ingresada el fin de semana en el Hospital Elwa, en Liberia, gestionado por Médicos Sin Fronteras.