La conselleira de Facenda, Elena Muñoz, se refirió ayer a la negociación sobre el nuevo modelo de financiación y advirtió al Gobierno de que no debe caer en el error de negociarlo bilateralmente con Cataluña, como hizo el Ejecutivo anterior. Preguntada por la predisposición que Mariano Rajoy le expresó presidente catalán Artur Mas para mejorar la financiación de Cataluña, Muñoz respondió que la Xunta no comprende que pueda haber negociaciones bilaterales y abogó por que, cuando se toque negociar, se haga de manera «transparente y abierta a todas las comunidades». «No caigamos en el error del actual modelo, pactado por el anterior Gobierno con Cataluña y que ahora vemos que tampoco satisface a Cataluña», señaló, porque «todos somos parte del mismo Estado» y tenemos que acordar conjuntamente el sistema».
La Xunta salió satisfecha de la reunión de ayer, especialmente por el aplazamiento del pago de las liquidaciones negativas desde los diez a los veinte años. Eso afecta especialmente a Galicia, que debe devolver más de dos mil millones de euros por ese concepto. Gracias a ello reducirá su deuda, ya que el coste financiero será menor. Muñoz evaluó el impacto de esa medida en 150 millones de euros, aunque el Gobierno lo rebajó a 121,15.
Respecto a las quejas de otras comunidades que, como Galicia, no se acogieron al FLA, por el hecho de que se den facilidades solo a las incumplidoras, la conselleira destacó que el Gobierno ha anunciado la creación de un mecanismo de financiación especial para las comunidades cumplidoras. La Xunta está a la espera de conocer los detalles de ese mecanismo para decidir si se acoge o no al sistema. Según Muñoz, solo sería interesante si mejora el coste de la financiación que Galicia puede obtener ahora en el mercado, y siempre que no implique tener que presentar planes de ajuste ni perder autonomía financiera, como les ocurre a las que se acogen al FLA.
«Las medidas que se han anunciado hoy nos favorecen y estamos satisfechos», señaló la conselleira, que dijo entender la «situación financiera muy complicada» que atraviesan otras comunidades, mientras que Galicia está «desahogada» y no tiene «problemas de tesorería», por lo que no necesita ayudas.