El PP espera beneficiarse del fenómeno Podemos

M.Campo Vidal

ESPAÑA

Todo responde a una estrategia. Si Podemos sube, el PSOE, que hasta ahora fue la auténtica alternativa de poder, corre el riesgo de desplomarse

06 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Nadie pensará ingenuamente que es casualidad que día sí, día no, cualificados dirigentes del PP arremetan contra Pablo Iglesias, líder de Podemos que obtuvo más de un millón de votos en las pasadas europeas y que se asentará territorialmente en las municipales y autonómicas de mayo del 2015. El primero fue el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, replicando al calificativo de «la casta», empleado por Iglesias para dirigirse a los políticos de los partidos tradicionales, al calificarlo como «la caspa». La última en piropearlo ha sido Esperanza Aguirre, que sitúa a Pablo Iglesias como «amigo de Hugo Chávez, Fidel Castro y ETA». Cabe imaginar la felicidad que embarga al combatido Iglesias y a sus seguidores ante tamaño desatino. Crece su popularidad, al tiempo que tapa en los medios a fuerzas como Izquierda Unida y socialistas, entre otros.

Todo responde a una estrategia. Si Podemos sube, el PSOE, que hasta ahora fue la auténtica alternativa de poder, corre el riesgo de desplomarse, más allá de los méritos propios que acreditan los socialistas para tal debacle. Pero lo más importante: al grito de Esperanza Aguirre y otros dirigentes de la derecha de que «viene el lobo» -el lobo bolivariano, castrista y proetarra- el electorado tradicional del PP se defenderá, esperan, votando a los suyos para ahuyentar fantasmas. La mayoría absoluta, ya perdida en las encuestas, puede volver a asomar en el horizonte popular gracias a esta estrategia edificada sobre el ascenso de Podemos. Brillante para el partido, aunque de dudosa rentabilidad para la estabilidad del país. Pero eso ya importa menos a los estrategas. Son, si acaso, daños colaterales.

Esta estrategia supone establecer dos polos, en la tensión electoral clásica, entre la P de Podemos y la doble P del Partido Popular. Y cuando el arco voltaico funciona, ya se sabe que lo queda en medio suele salir chamuscado, o incluso electrocutado. Atentos por tanto socialistas, la propia Izquierda Unida, Rosa Díez y nacionalismos varios. Cuando en Cataluña Aznar comenzó a hostigar a Esquerra Republicana, los independentistas crecieron como la espuma. Lo recuerdan agradecidos.

Entretanto, el PSOE trata de encontrar líder en un proceso abierto, que temen contraproducente sus propios impulsores, si la participación es inferior a los ochenta mil avales recogidos, buena parte de ellos a golpe de pito organizativo. Ese proceso electoral ha aconsejado aplazar el debate en el Congreso de las «propuestas regeneradoras» de la vida pública con que el PP trata de responder a su grave retroceso del 25 de mayo. La más significativa es la de elegir como alcalde al cabeza de la lista más votada a una sola vuelta, es decir, evitando posibles alianzas posteriores, aun pasadas por las urnas. Eso daría, en una simulación con los resultados actuales, un mapa en el que los populares tendrían casi todas las alcaldías y diputaciones, dada la unidad electoral de la derecha y la fragmentación de la izquierda, con un ascenso significativo de Bildu en número de ediles. De nuevo, excelente estrategia para el PP aunque de dudosa rentabilidad para el país.

El centro tiene poco futuro con esta dinámica. Pero aun con esos datos disuasorios, el líder de Unió, Duran Lleida, ha lanzado su idea de impulsar un movimiento de centro en Cataluña para recuperar el espacio que ocupaba Convergència, antes de que Artur Mas abrazara la causa independentista, siguiendo la estela de Esquerra Republicana. Publicitada la idea de Duran, ya se encargó Convergència de desacreditarla en 24 horas. Con todo, Unió cree que es una buena salida. Unió tiene excelentes contactos en el empresariado catalán, que observa con simpatía el movimiento, y quizás por eso, pocos días después, Mas reunió a más de dos mil empresarios para decirles que sabe a dónde va. Pero lo significativo es que en Cataluña comienzan a alzarse algunas voces discrepantes con el proceso independentista. Atentos a Societat Civil Catalana, una iniciativa independiente de profesores y profesionales partidarios de no romper con España, que puede ser importante. Algo se mueve.