Doña Letizia, la versión 2.0 de la monarquía española

ESPAÑA

benito ordoñez

Los expertos consideran que su nuevo rol monárquico recatará su imagen y moderará sus actitudes

22 jun 2014 . Actualizado a las 15:15 h.

Había una princesa donde ahora tenemos una reina. Ningún experto duda de que el nuevo rol monárquico de doña Letizia recatará su imagen y moderará sus actitudes. La cuestión es en qué medida. ¿Debe prevalecer la espontaneidad de la primera o imponerse el rigor del trono?

Es contundente Emilio de Diego, profesor de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, al predecir lo que va a suceder de inmediato. «A doña Letizia -sostiene- le corresponde un papel más exigente, más entregado que el que ha desempeñado hasta ahora. ¡Se ha terminado la frivolidad! De hecho, ni siquiera caben planteamientos que parezcan mínimamente frívolos. La imagen será clave en todo el entorno de la monarquía».

En una línea muy parecida, Gerardo Correas, presidente de la Escuela Internacional de Protocolo, confía en asistir en lo sucesivo a una actitud diferente en doña Letizia, ya como reina de España: «Espero ver nuevos gestos en beneficio de la institución», sentencia en alusión a unas «escapadas en solitario» que entiende que han tocado a su fin.

Intuye para la reina «un modelo papa Francisco, pero más light». Es decir, una actitud de ciertas licencias, aunque desde el respeto a la institución, «a la que también le puede venir bien un soplo de aire fresco». Eso significa que, de forma moderada, puede haber cabida «para conciertos y acontecimientos puntuales». Correas recuerda que doña Letizia es «la primera reina universitaria de España» y que esa preparación le puede ayudar a encontrar su sitio.

Fernando Ramos, presidente de la Academia Internacional de Protocolo va más allá cuando advierte de la necesidad de un cambio de rumbo drástico en la imagen de la reina, pues cree que hasta ahora, como princesa de Asturias ha sido «incluso un problema para la monarquía, por un fuerte carácter que ha hipotecado en ocasiones a su esposo». Tampoco ayuda, prosigue, el hecho de que «nunca haya caído excesivamente bien a la gente, como princesa», y considera que eso prestó «un gran servicio a la República». Este experto ve imprescindible una apuesta «por la naturalidad», pues las operaciones estéticas a las que se sometió han dejado entre los españoles una imagen «de transformación».

Pero todo tiene sus matices. Pere García de los Riscos, máster coach de Tisoc Coaching, sostiene sin embargo que «haría mal doña Letizia si perdiese por completo su autenticidad», aunque concede que existen ahora unos «condicionantes culturales y sociales» que relativizarán esa naturalidad.

García de los Riscos considera a doña Letizia «una versión 2.0 de la monarquía», muy en consonancia con la evolución que ha tenido la mujer en España durante los últimos años. Por eso «su actitud como princesa de Asturias ha sido muy bien vista por las treintañeras, por ejemplo». Esa parte de la sociedad «le va a pedir que sea coherente con su imagen y flaco favor se haría a sí misma si se anclase ahora al modelo anterior».

En su opinión veremos una fórmula mixta de doña Letizia: «Madre de familia y esposa del rey, pero con un rol más actual, proactivo y participativo» en temas de sensibilidad social.

En el fondo es una cuestión de imagen, que se va a cuidar más que nunca, según Víctor Sánchez del Real, experto en comunicación de figuras públicas y fundador de Elocuent.com. Desde su punto de vista, doña Letizia, «como especialista en comunicación, va a tener un papel esencial en la construcción de la imagen de la nueva familia real». No duda de que será «la persona más influyente en ese círculo que definirá la marca Felipe VI», aunque trabajará seguramente «en la sombra». De hecho, se nota «perfectamente» que ya lo ha hecho. Por ejemplo, «en la dicción del nuevo monarca». Tal y como sugería García de los Riscos, Sánchez del Real interpreta que no habrá hostilidad hacia una imagen moderna de doña Letizia «por parte de las mujeres independientes de 25 a 35 años», aunque advierte de que el reto es que la reina «debe serlo para todos los españoles, de 0 a 99 años».