La madre llevaba dos años planeando matar a Isabel Carrasco

La Voz AGENCIAS | LA VOZ

ESPAÑA

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Montserrat González confesó durante el careo que era la quinta vez que intentaba asesinar a Isabel Carrasco y que la sometió a seguimientos. Una mujer, policía local y amiga de la hija, entregó el arma en un paquete en la comisaría. Isabel Carrasco fue rematada con un tiro en la cabeza. SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN DEL CASO

14 may 2014 . Actualizado a las 21:30 h.

Las dos detenidas, madre e hija, mantuvieron durante casi 24 horas su versión de que no sabían nada de cómo había sucedido el asesinato de Isabel Carrasco pero tras una larga jornada de interrogatorios terminaron por derrumbarse. Ambas, según informa el Diario de León, fueron sometidas a un careo y finalmente confesaron que se habían separado y mientras la madre se dirigió hacia el coche la hija habría tomado otro camino para entregar la pistola a una mujer.

La madre, María Montserrat González Fernández, confesó en el careo que era la quinta vez que trataban de llevar a cabo el asesinato y que fue ella quien disparó, además reconoció que llevaba dos años `preparando el crimen y que la sometió a seguimientos. La mujer declaró a los investigadores que la había asesinado por «inquina personal» desde hace años motivada por el trato dispensado por su hija, que fue despedida de la Diputación de León y mantenía un litigio económico con la Administración, según Europa Press.

La tercera detenida en relación con el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, es una policía local de León que responde a las iniciales R.G.R., de 41 años de edad. La mujer fue arrestada después de que anoche se presentase en la comisaría de Policía de la ciudad con el arma presuntamente empleada en el asesinato, según han informado fuentes de la investigación. Según dijo esta mujer, el arma había aparecido en el asiento trasero de su coche particular, un Volkswagen Golf, concretamente dentro de una bandolera. La agente alegó que se la había dejado ahí Triana Martínez, la hija de la sospechosa de ser autora material del crimen, que es amiga suya.

Esta mujer se presentó ayer por la noche en la comisaría para entregar un paquete que contenía que el arma, un revólver de la marca Taurus que tiene el número de serie borrado y a la que le faltan tres de sus seis cartuchos, informaron a Europa Press fuentes de la investigación. Según su versión, no fue hasta ayer martes cuando se percató de que la pistola se encontraba ahí. Los investigadores, al considerar poco creíble esta versión, procedieron a arrestarla. Finalmente, ha sido puesta en libertad, aunque imputada, y pasará en breve a disposición judicial, al igual que lo harán, esta misma mañana, las otras dos arrestadas, así lo ha informado el director general de la Policía, Ignacio Cosidó.

El arma se compró en el mercado negro en una ciudad en el norte de España, puesto que tiene el número de serie borrado, lo que confirma la teoría que barajaba la Policía y que corroboró la detenida. El borrado del número de serie es un procedimiento habitual para evitar que se detecte el origen de un arma. Además, este revólver no se corresponde con el que emplea ni la Policía Local ni la Policía Nacional.

La Policía también ha encontrado una segunda pistola en el registro del domicilio de Montserrat Triana Martínez González, la mujer detenida junto a su madre por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León. Fuentes de la investigación han informado a Efe de ese hallazgo durante el registro de la vivienda donde además los agentes encontraron kilo y medio de marihuana.

El inspector jefe Pablo Antonio Martínez García, marido y padre de las dos detenidas , ha sido relevado a petición propia como responsable de la comisaría de Astorga, han informado a Efe fuentes policiales.

Las mismas fuentes han precisado que ha sido el propio policía el que ha pedido a sus mandos el relevo al frente de la comisaría, debido a los sucesos relacionados con la muerte de la política del PP, en los que están implicadas sus familiares más directos.

Planificado durante meses

El crimen de Isabel Carrasco no fue un arrebato apresurado como «venganza personal» a una sentencia desfavorable la pasada semana en su lucha judicial contra la Diputación de León. El asesinato de la presidenta de la diputación leonesa fue un crimen planificado «durante semanas, sino meses», según los mandos de la investigación, que no tienen dudas de que madre e hija planearon juntas y al detalle el homicidio de su víctima, a la que terminaron «ejecutando con profesionalidad», aunque tuvieron la mala fortuna de que un policía jubilado las siguiera y las delatara. María Montserrat González Fernández y su hija Montserrat Triana Martínez González, a pesar de las pruebas y testimonios que las señalan, se mantuvieron férreas como una roca en la comisaría e insistieron en que no tuvieron nada que ver con el homicidio de Isabel Carrasco.

De la planificación del crimen da cuenta el propio asesinato. La política popular fue emboscada por las dos mujeres a escasos metros de su casa, probablemente después de varios días de intentarlo, ya que Carrasco sólo en contadas ocasiones se movía a pie sola por la calle dado que solía desplazarse en moto o coche oficial. El asesinato fue profesional, dos disparos por la espalda a quemarropa en el tronco. Un tercer impacto en la base del cuello, muy cerca de la nuca. Y un cuarto tiro en la cabeza, el de gracia, cuando la víctima ya estaba en el suelo. La autora material de los disparos sigue siendo una incógnita, aunque todo apunta a que fue la madre.

En cualquier caso, hasta tres testigos diferentes sitúan a ambas mujeres en la pasarela donde Isabel Carrasco fue tiroteada. La Policía aún está a la espera de saber el resultado de las pruebas definitivas de parafina que determinarán quién tiene restos de pólvora en sus manos. Ambas se negaron a someterse voluntariamente a esa pericial, por lo que fue necesario un mandamiento judicial para practicar la prueba, cuyos resultados tardarán varios días en conocerse pues este análisis se realizará en las instalaciones de la Policía Científica de Madrid. Sea como fuera, los investigadores sospechan que la persona que apretó el gatillo portaba guantes.

De hecho, en el Mercedes de color gris en el que las mujeres pretendían huir se encontraron gorros y guantes. Precisamente, esa huida también estaba perfectamente planificada, pero todo se fue al traste porque la fortuna quiso que un policía nacional jubilado presenciara los hechos. Tras perpetrar el crimen a las 17.17 horas madre e hija emprendieron la huida a pie por los cercanos jardines de la Condesa para separarse en la calle Colón, tratando de dificultar un posible seguimiento. El agente jubilado decidió perseguir a la madre hasta que esta llegó al coche, donde fue detenida por policías municipales. Siete minutos después fue arrestada la hija, con la que se había citado en el vehículo aparcado en la Gran Vía de San Marcos para completar su huida.

En realidad no pasaron más de 10 minutos entre el asesinato de Isabel Carrasco y la primera detención. Tiempo, sin embargo, suficiente para que las dos mujeres se deshicieran del arma. Otra muestra de una operación perfectamente planificada hasta el punto de que todavía la Policía no ha podido encontrar la pistola. Después de haber rastreado toda la zona del crimen y las vías de huida, incluidas todas las alcantarillas y papeleras, y después de haber peinado la ribera del río Bernesga, decenas de funcionarios, ayudados por detectores de metales, rastrearon el lecho del río que fluye bajo la pasarela donde fue asesinada Carrasco. A pesar de que la Policía ordenó el cierre de la presa de Casares para desecar el río, la pistola no apareció.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha asegurado hoy que tras las investigaciones realizadas por las fuerzas de seguridad sobre el asesinato de la presidenta de la Diputación de León «básicamente, hablando en términos políticos», el caso «está bastante esclarecido».

Fernández Díaz, en declaraciones a los periodistas en el Congreso, no ha avanzado nuevos datos de la investigación por respeto al secreto del sumario, que tiene la obligación de cumplir, a lo que ha añadido que la Policía está haciendo «muy bien su trabajo», con mucha «rapidez», y próximamente serán puestas a disposición judicial las «personas que se considere necesarias».

El detonante del asesinato

Los investigadores creen que la reciente derrota en los tribunales de un largo y tortuoso contencioso laboral de la hija, ingeniera de profesión, contra la Diputación de León no fue más que el detonante último del asesinato de la líder del PP leonés, que no obstante llevaba preparándose desde hace tiempo. Según fuentes de las investigación, la pasada semana Triana Martínez, exmilitante del PP, había recibido la noticia de que debía devolver una importante cantidad, algunas fuentes apuntan a 6.500 euros y otras a 12.000, cobrados indebidamente como complemento antes de su despido como interina de la Diputación en mayo del 2011, tras haber trabajado allí desde enero del 2007.

El pasado año, la institución le intentó notificar en tres ocasiones, en febrero, abril y agosto, una declaración de lesividad. O sea un expediente en el que la Administración considera que la actuación de la ingeniera había sido lesiva para los intereses públicos.