Un pederasta condenado vive enfrente de la menor de la que abusó en Huelva

La Voz

ESPAÑA

La madre de la niña denuncia que el hombre debería estar en prisión por haber quebrantado las medidas de alejamiento impuestas

23 abr 2014 . Actualizado a las 19:22 h.

La madre de la niña que vive en el barrio de El Torrejón de Huelva frente al pederasta condenado por abusar de ella en el 2011, cuando tenía 8 años, ha asegurado hoy que la situación es «insoportable e inaguantable» sobre todo sabiendo que «tenía que estar en prisión porque tiene varias condenas en firme». En declaraciones, la madre, que prefiere permanecer en el anonimato, ha indicado que el día a día es «muy duro, lo tiene que ver a diario, ya que se pasa todo el día asomado a la ventana con la intención de llamar la atención sobre ella».

Pero no es sólo el tener que vivir frente a esta persona, ya que a esto se suman «las amenazas» que sufre «por parte de la familia del condenado cada vez que hay un quebrantamiento de condena, las calumnias y las miradas de los vecinos» que parecen acusarla de «haber matado a alguien». «No se puede vivir así», ha indicado, expresando su deseo de que no sólo esa persona entre en prisión, que es «donde debería de estar», sino de poder marcharse de donde ahora reside.

«Quiero quitarme esa fachada de enfrente, porque aunque él se vaya su casa seguirá ahí y con ellas los recuerdos», ha asegurado. No teme a las represalias por haber dado a conocer el caso en los medios de comunicación, ya que «ellos -en referencia a la familia del pederasta- me han obligado a hacerlo; he dicho, hasta aquí hemos llegado».

J.V.C. fue condenado por la Audiencia de Huelva en el 2012 a dos años de cárcel por abusos sexuales así como a libertad vigilada durante seis años siguientes al cumplimiento de la pena de prisión, con prohibición de aproximarse a la víctima y a sus padres y de comunicarse con ellos por cualquier medio durante dicho plazo.

Esta condena está suspendida por no contar el penado con antecedentes cuando se dictó si bien existen otras dos posteriores que por quebrantamiento de las medidas cautelares impuestas antes de que se juzgaran los abusos y que son las que aún no se han ejecutado pese a que por ellas ya debería estar en prisión.