Rajoy apoya a Arantza Quiroga, elegida presidenta del PP vasco con un voto de castigo del 27 %

Redacción / La Voz

ESPAÑA

«Cojo el mensaje», fue la respuesta de la popular ante el elevado porcentaje de papeletas en blanco

09 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El congreso del PP vasco ha acabado casi tan convulso como comenzó, a pesar de los múltiples llamamientos a cerrar heridas realizados por unos y por otros, incluidos Mariano Rajoy y la nueva presidenta del partido, Arantza Quiroga, quien fue elegida con un 72,8 % de los votos a favor y un 27 % en blanco. Es decir, el respaldo más bajo que ha tenido un presidente de los populares vascos, ya que sus antecesores en ningún caso habían bajado del 80 %.

«Cojo el mensaje», fue la respuesta de Arantza Quiroga ante el elevado porcentaje de papeletas en blanco. «Sé que queda mucho por trabajar y ese va a ser mi empeño», añadió antes de dirigirse personalmente al gran damnificado de este congreso, el hasta ahora secretario general Iñaki Oyarzábal, quien ya ha sido sustituido por Nerea Llanos. «Dar las gracias a Iñaki Oyarzábal, darte las gracias Iñaki por tu trabajo, por todo lo que estás dando y seguirás dando tanto al PP vasco como al PP», fueron las palabras de Arantza Quiroga para tratar de cerrar heridas.

En esa línea incidió Mariano Rajoy, quien felicitó a Quiroga pese a que no había obtenido «el apoyo del cien por cien» de los asistentes al congreso del PP vasco celebrado en San Sebastián. En su discurso de clausura del cónclave, el presidente del Gobierno aprovechó su presencia en el País Vasco para señalar una vez más a ETA y a su entorno que «no hay nada que hablar», y que por lo tanto lo único que les queda por hacer es disolverse sin más. «No debemos nada y, por lo tanto, nada hay que hablar; eso es lo justo, lo democrático, lo sensato y lo razonable; y se arregla muy fácil: ?disuélvanse?».

El presidente vio interrumpido su discurso al poco de iniciarlo por cuatro mujeres que se habían colado en el recinto donde se celebraba el congreso y que, con las caras y las manos pintadas de rojo, lanzaron gritos de «aborto ilegal, violencia estatal» y «gure gorputza, gure erabakia ('nuestro cuerpo, nuestra decisión'»). Al ser desalojadas por los servicios de seguridad, los asistentes al congreso respondieron con la consigna de «sí a la vida».