Una mujer de Pasaia fue desalojada en los dos incendios de Nochevieja

ESPAÑA

Un vecino observa los daños causados por un incendio en Pasaia (Gipuzkoa), que ha obligado a desalojar cuatro bloques de viviendas del distrito de Trintxerpe, dos de los cuales podrían correr peligro de derrumbe
Un vecino observa los daños causados por un incendio en Pasaia (Gipuzkoa), que ha obligado a desalojar cuatro bloques de viviendas del distrito de Trintxerpe, dos de los cuales podrían correr peligro de derrumbe Juan Herrero

Carmen sufrió en su casa y en la de su hija los fuegos que afectaron el día 31 a la localidad vasca

02 ene 2014 . Actualizado a las 18:29 h.

Carmen, una mujer de 84 años vecina de Pasaia, cerca de San Sebastián (Guipúzcoa), no olvidará nunca la pasada Nochevieja. Los dos incendios registrados en el distrito de Trintxerpe le obligaron a desalojar por la mañana su propia vivienda y por la noche la casa de su hija en la que se encontraba acogida.

«Tuve que salir corriendo y deprisa de mi casa, dejando todo. Fui a donde mi hija, creyendo que allí estaba segura, y resulta que cuando terminamos de cenar y estábamos tomando las uvas nos llamaron para que saliéramos corriendo, a todo meter», recuerda Carmen aún visiblemente afectada por ambos incendios.

«Antes de salir, abrimos una ventana de una habitación que da a los portales 5 y 7 (los más afectados por el incendio) y vimos un globo de fuego. Fue horroroso», rememora la mujer. Sobre las 13.00 horas del 31 de diciembre, había sido una de las personas desalojadas del portal 31 de la calle Euskadi Etorbidea por un incendio registrado en el quinto piso. Carmen, que vive en el primero, explica que en ese momento ya había comido y estaba viendo la televisión, pero escuchó gritos de «fuego» y, cuando salió para ver qué ocurría, llegaron los bomberos que la «agarraron enseguida» y le dijeron que saliera.

«Fue horrible ver las llamaradas que salían del quinto y la ropa quemada que caía en mi balcón», recuerda la mujer que doce horas después tuvo que revivir experiencia cuando el incendio, provocado probablemente por una bengala marinera en los inmuebles 5 y 7 de la misma avenida, le obligaron a abandonar precipitadamente la casa de su hija en la que se había refugiado. «Tuvimos que bajar por la escalera como nos fue posible, desde el quinto piso, sin luz y sin nada. No sé cómo no me dio algo, esa angustia no me la quita nadie», detalla alarmada.

Otra perjudicada, Pilar Rubio, que regenta el bar Coruña situado en los bajos del bloque número 7 (uno de los más afectados por el fuego y el agua empleada por los bomberos para sofocar las llamas) recuerda que cuando llegó al lugar, desde su casa distante pocos metros, tan sólo habían transcurrido unos pocos minutos del nuevo año, pero para entonces aquello ya «parecía el coloso en llamas».

«No sé cómo se aceleró tanto, porque de las 00.00 horas a las 00.15 horas que es cuando se echan los cohetes más gordos, la parte de arriba de la cubierta ya se había hundido por completo». Esta mujer es una de las afectadas que espera aún a que concluyan las tareas de desescombro de los elementos más peligrosos que durante toda la mañana de hoy han llevado acabo los servicios de emergencias con el fin de facilitar el acceso de los vecinos a algunos domicilios y negocios para recoger los enseres que consideren recuperables esta tarde o mañana.

«Desamparo total»

Algunos de los vecinos perjudicados se han mostrado críticos con la actuación de las instituciones en esta catástrofe, ya que su impresión, tras la reunión que han mantenido esta mañana con las autoridades municipales, es de «desamparo total». Al término de este encuentro, una de las mujeres participantes ha explicado a los periodistas que las viviendas sociales que el Gobierno Vasco ha puesto a disposición de los damnificados serán «de pago», algo que resulta «inconcebible» para unas personas que tendrán que abonar el alquiler, aunque «no tienen casa, no tienen nada, pero sí una hipoteca que deben seguir afrontando» aunque su vivienda haya sido destruida por el fuego.

Tras reunirse con los afectados, la alcaldesa de Pasaia, Amaia Agirregabiria, se ha mostrado comprensiva con el «enfado y nerviosismo» de los vecinos y les ha aclarado que «no se ha hablado de ninguna cifra» para las viviendas de alquiler, ya que será precisó examinar una a una cada una de las situaciones familiares.