Polémica por la publicación de la carta del BCE a Zapatero en su libro de memorias

Europa Press

ESPAÑA

Kiko Huesca

El expresidente del Gobierno ha defendido su decisión de no sacarla a la luz en el 2011 porque «era un riesgo para la propia estabilidad»

28 nov 2013 . Actualizado a las 22:55 h.

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha dicho este jueves que no publicó en su día la carta que en le envió en agosto de 2011 el entonces gobernador del Banco Central Europeo (BCE) Jean Claude Trichet, porque «era un riesgo para la propia estabilidad».

«En su momento no podía hacerla pública porque era un riesgo, parte del contenido, para la propia estabilidad», ha explicado en una entrevista en Cadena Ser recogida por Europa Press, insistiendo en que, en su opinión, «era más responsable» no publicarla.

En la misiva, que ha sido incluida en el libro del expresidente El dilema. 600 días de vértigo, Trichet le pedía que adoptara medidas urgentes que permitieran a España devolver «la credibilidad de la firma soberana a los mercados de capitales».

Después de que el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, calificara de «miserable» que la carta haya aparecido ahora en el libro, Zapatero se ha justificado por la necesidad de explicar la reforma de la Constitución que su Gobierno impulsó en agosto de 2011 para consagrar la estabilidad presupuestaria. «Lamento que se pueda interpretar así, siempre he sido extraordinariamente exquisito con el Parlamento», ha puntualizado.

Por último, al expresidente «lo que menos» le ha gustado del nuevo Gobierno ha sido que hayan eliminado la asignatura Educación para la Ciudadanía, porque a su juicio es «fundamental para la convivencia cultural». Y ha dicho que la «satisfacción más íntima» de su mandato ha sido la desaparición de la violencia de ETA: «Quizá no vamos a volver a ver en este país el asesinato terrorista, la violencia, que durante cuarenta años constituyó en mayor dolor».

Preguntado si no tiene la tentación de ostentar algún cargo en el consejo de administración de alguna empresa, al igual que hacen otros expresidentes como Felipe González y José María Aznar, Zapatero ha afirmado que él «trabajará para ayudar» a España y «por el interés general». No obstante, ha asegurado que respeta a los exlíderes políticos y «sus opciones».

Los recortes del Estado del Bienestar son «recuperables»

Acerca de las consecuencias de la crisis económica, ha subrayado que a España «le ha afectado sobre todo en desempleo», pero también, en esta «última fase» se están produciendo «recortes de Estado de bienestar». No obstante, a su juicio, estos recortes son «recuperables».

En todo caso, para Zapatero lo importante es «mantener el euro», el proyecto de moneda común que, según ha explicado, «estuvo a punto de romperse». En su opinión, este hecho hubiera tenido «consecuencias imprevisibles». «Pudimos vivir de verdad una catástrofe de magnitud incalculable», ha zanjado al respecto.

En ese sentido ha explicado las medidas de recorte que adoptó el 12 de mayo de 2010, para «lograr que los países del norte, especialmente Alemania» pusieran los recursos en el Fondo global de ayuda «para ayudar a Grecia». «Tenía que haber un compromiso de todos», ha destacado. De esta forma, Zapatero ha defendido su gestión y los «recortes» que «en cinco horas» decidió llevar a cabo: «Creo sinceramente que evitamos un riesgo de intervención», ha subrayado.

Además, ha reiterado su error de no hablar de crisis antes, aunque ha afirmado que adoptó medidas »en paralelo o antes que otros gobiernos«. »Siempre pensé que el presidente del Gobierno puede cometer errores, la diferencia es que yo los reconozco abiertamente«, ha aseverado.

Zapatero ha justificado que los gobernantes europeos no estuviesen «a la altura», ante el «colapso» del sistema financiero mundial »de manera radicalmente imprevista« tras la caída de Lehman Brothers en 2008. Así, ha explicado que su «objetivo fundamental» fue «mantener al máximo la cohesión social», las partidas destinadas a educación, sanidad y dependencia, e incrementar las inversión en becas y la protección por desempleo. Asimismo, ha recordado que no congeló las pensiones mínimas y que al finalizar su mandato el Fondo de Reserva de la Seguridad social tenía 70.000 millones de euros.