Zapatero a Rajoy: «No era tan fácil como algunos pensaban»

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / REDACCIÓN

ESPAÑA

Replica a Solbes que su sentido de la lealtad le impide polemizar con el que fue su vicepresidente económico y con su equipo de gobierno

27 nov 2013 . Actualizado a las 10:40 h.

Era su primera rueda de prensa desde que salió de la Moncloa hace dos años. Se trataba de presentar su libro, El dilema. 600 días de vértigo, que es sobre todo una justificación de las drásticas medidas que tuvo que adoptar para hacer frente a la crisis, en especial los recortes de mayo del 2010, una decisión que tomó «en muy pocas horas» y que era inevitable. José Luis Rodríguez Zapatero explicó que había escrito el libro porque era «un deber» dar explicaciones y «por una cierta necesidad» personal.

Pero el acto deparó una sorpresa. Desde que dejó el poder, el expresidente ha seguido una línea de evitar la crítica a su sucesor, Mariano Rajoy, pese a las continuas alusiones de este a la nefasta herencia recibida. Pero ayer, por primera vez, deslizó un mensaje en dirección al jefe del Ejecutivo, sin citarlo.

Más paro y deuda

«Después de dos años, después de conocer los datos que tenemos de desempleo, de deuda pública, de cómo ha evolucionado el crédito y demás, ¿qué conclusión, qué reflexión haría en público? No era tan fácil como algunos pensaban, porque es una crisis inédita», señaló. Pero añadió que gobernar ahora tampoco es fácil, lo que en cierta manera mostraba cierta comprensión hacia la labor de Rajoy.

También quiso dejar claro que no ocultó la cuantía del déficit en el traspaso de poderes, como le ha acusado el PP, sino que suministró los datos que tenía en ese momento, que luego se dispararon por la desviación de las autonomías. Y en tercer lugar señaló que «las decisiones que han abierto una expectativa de seguridad en torno al euro son las de BCE», lo que traducido quiere decir que si ha bajado la prima de riesgo es porque Mario Draghi dijo que iba a apoyar el euro, y por tanto no es mérito de Rajoy, como este se atribuye.

El expresidente basó su línea de defensa en culpar a factores externos de que la crisis afectara tan gravemente a España: la falta de reacción de la UE a la crisis de deuda griega y la pasividad del Banco Central Europeo. Presumió de haber dicho no hasta en tres ocasiones a las que llamó sugerencias «más o menos explícitas» de que pidiera el rescate de España, entre ellas la de Angela Merkel, «sin ambages». Señaló que la recuperación de la crisis «seguramente llevará años», pero con el rescate habría sido cuestión de «lustros». Y sacó pecho por haber mantenido la «cohesión social» sin tocar la sanidad ni la educación durante lo peor de la crisis.

Error por no admitir la crisis

La única autocrítica que expresó ayer fue el «error» en su retraso en emplear la palabra crisis, lo que no hizo hasta julio del 2008, pero en todo caso minimizó su importancia, porque no influyó en las medidas que tomó.

No quiso entrar en polémica con Pedro Solbes por su sentido de la «lealtad», con lo que en cierta manera cuestionaba la de su vicepresidente económico, que sí lo ha criticado. «Es mi manera de entender el Gobierno de España, de entender la lealtad del trabajo en equipo», dijo, aunque «cada uno tengamos una memoria de las cosas».

Asumió la responsabilidad de todas sus decisiones y concretamente de la polémica reforma de la Constitución para establecer la estabilidad presupuestaria, que dijo fue una iniciativa personal suya, no impuesta, destinada a generar confianza y demostrar el compromiso de España con la consolidación fiscal, en lugar de hacer más recortes sociales y de derechos laborales.