Urdagarin viajaría a Catar con las ventajas del pasaporte diplomático

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La prerrogativa, por ser de la familia real, solo la perdería si se divorciara

14 abr 2013 . Actualizado a las 10:33 h.

Iñaki Urdangarin fue apartado de la actividad oficial de la Corona y, teóricamente, de su representación institucional en diciembre del 2011 por su comportamiento «no ejemplar». En enero pasado -y para seguir, se dijo entonces, con «la misma línea de contundencia»- se le eliminó del apartado que la página oficial en de la Casa del Rey dedica en Internet a la familia real. Pero el duque de Palma viajará a Catar, si es que finalmente lo hace, con pasaporte diplomático y con «todos los privilegios que ello conlleva», según confirman en Zarzuela.

La legislación española considera a los miembros de la familia real «titulares directos» del derecho a gozar de este salvoconducto, pero lo hace entendiendo que representan a la institución monárquica. Con la llegada de la democracia se trató de poner coto a una cierta discrecionalidad previa. «Las circunstancias actuales de la vida diplomática y la nueva estructura de los organismos representativos del Estado exigen (...) la estricta limitación de estos pasaportes a quienes ejerzan las funciones que justifiquen debidamente su otorgamiento, ya que el pasaporte diplomático se concede para el mejor ejercicio de las mismas y no constituye un privilegio personal», dice el preámbulo del real decreto aprobado en 1984 y actualizado después en 2008.

Urdangarin, imputado por malversación de caudales públicos, fraude, falsedad documental, prevaricación y evasión de impuestos, delitos graves y penados con cárcel, sigue siendo familia real. «La única manera de que deje de serlo es el divorcio», advierte un portavoz cualificado de la Casa del Rey. Ni siquiera en el supuesto de que la infanta Cristina renunciara a sus derechos sucesorios, en un intento de evitar que su situación judicial salpicara a la corona cambiaría esa circunstancia. Son los peajes de una institución que se basa en la biología.

Privilegios

Las inmunidades y privilegios aplicables en el exterior a quienes son considerados representantes de un Estado están reguladas en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961. Un agente diplomático no puede ser, en principio, «objeto de ninguna forma de detención o de arresto», goza de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor y, salvo excepciones, también de la civil y administrativa y, además, está exento de las disposiciones sobre seguridad social y de casi todos los impuestos o gravámenes «personales o reales, nacionales, regionales o municipales», aunque eso no rige para sus actividades privadas. Fuentes diplomáticas matizan, en todo caso, que para que tales prebendas se apliquen no basta con poseer un pasaporte especial; hay que estar acreditado en el país y formar parte de la llamada «lista diplomática». «Me atrevería a decir que el estatus de Urdangarin lo van a decidir las propias autoridades cataríes y lo normal es que como miembro de la familia real sea del máximo nivel, es decir, que se le concedan todos los privilegios -apunta un veterano diplomático-; eso es lo que yo recomendaría a mi Gobierno si fuera responsable de protocolo en Catar».

Don Juan Carlos mantiene una estrecha relación con el emir Hamad bin Jalifa al Thani. La última vez que visitó España, los reyes acudieron a recibirlo al aeropuerto, una deferencia muy poco habitual. El embajador del país árabe en España, Hamad Bin Hamad Al-Attiya, confirmó además esta semana que, en los últimos días, el rey había mantenido varias conversaciones telefónicas con el monarca catarí; aunque Zarzuela se apresuró a matizar que las conversaciones eran por la oferta de Navantia para vender once embarcaciones a la Marina del emirato.

En todo caso, el traslado Urdangarin a Catar, para trabajar como mano derecha de su amigo íntimo Valero Rivera -que, en principio, firmará como seleccionador del equipo de balonmano catarí a finales del presente mes de abril- depende de una decisión judicial, del instructor José Castro, que previsiblemente se conocerá esta misma semana.