Valiño dice en su comunicado que defiende su inocencia y lo seguirá haciendo hasta el final y que el hecho de hacer pública su decisión en el día de ayer no tiene que ver con los últimos acontecimientos judiciales. Sin embargo, es obvio que la aparición del auto judicial, con todas las conversaciones sobre adjudicaciones a empresas o peticiones de colocar a personas fue la gota final que Valiño ya no pudo soportar y que provocó la dimisión ante la gravedad de los hechos.
Además, el exalcalde es conocedor de que su participación en las 20 gestiones irregulares que están grabadas telefónicamente puede ser ahora calificada por el fiscal como delitos únicos continuados en el tiempo; pero también podrían ser tomados como delitos individuales, y cada uno podría llevar aparejada una pena independiente, y una vez sumadas, supondrían una elevada petición de pena. Esta posibilidad, si el fiscal sigue la argumentación de la jueza, dejarían a Valiño y a las instituciones en las que participa en una difícil situación. Por tanto, su decisión en este momento despeja de tensiones al partido y quizá por ello los pronunciamientos de ayer tan solo hacían hincapié en el respeto a su decisión.
Su marcha supondrá la entrada de un nuevo diputado en la corporación provincial, donde el PSOE gobierna con el BNG. De sus tres compañeros concejales imputados en Castro de Rei, uno de ellos se marchó hace meses y los otros dos continúan.