Los datos de audiencia del discurso de don Juan Carlos preocuparían a un programador televisivo, que tras analizar las gráficas, se cuestionaría el progresivo desgaste del formato y pensaría como relanzarlo. Y eso a pesar de los cambios introducidos este año en un espacio tan tradicional, en un esfuerzo de la Casa Real por mostrar a un monarca activo y en perfecto estado de salud, que estuvo de pie, apoyado en la mesa de su despacho, a lo largo de los menos de nueve minutos de intervención.
El mensaje del rey fue grabado el pasado viernes, entre las 19 y las 21 horas en la Zarzuela. Se realizaron varias tomas y ,por primera vez, los espectadores pudieron conocer los entresijos de esta emisión, los preparativos y lo que había detrás de las cámaras. Una de las circunstancias más llamativas fue la presencia del príncipe de Asturias, aunque fuentes de la Casa Real aseguran que don Felipe suele ser testigo de uno los momentos más tradicionales e importantes para la Corona.
Pero los esfuerzos no dieron resultado en términos de audiencia, y la aparición real en la Nochebuena fue la menos seguida de los últimos quince años. Solo en el último quinquenio, el discurso del rey ha perdido casi 1,5 millones de espectadores, un 18,8 % menos que el dato registrado en el 2008, lo que supone que uno de cada cinco personas ya no sigue esta emisión desde que comenzó la crisis económica.
El discurso del monarca no es ajeno al fraccionamiento de las audiencias, un fenómeno que se inició con las nuevas concesiones de la TDT y que culminó con el apagón analógico en el 2010. Más canales que supusieron una pérdida de espectadores para las principales cadenas del país, las que habitualmente emiten el discurso real. Este año, del total de televisiones que conectaron, diecisiete eran de titularidad pública frente a ocho privadas. La Primera, como en los últimos quince años, fue la que logró un mejor registro, con 1,9 millones y una cuota de audiencia de 18,1 %, seguida de las dos privadas generalistas, Antena 3 (1,5 millones y 13,9 %) y Telecinco (1,3 millones y 12, 8%).
La comunidad que obtuvo una cuota más elevada fue Castilla y León, con un 79,6 %, mientras que Galicia llegó al 71,2 %. En Cataluña y el País Vasco, el mismo dato: un 57, 7 %, casi ocho puntos más que el Baleares, donde el discurso del rey tuvo el menor seguimiento.