Madrid Arena: Un miembro de la organización asegura que se vendieron 20.000 entradas

Melchor Sáiz-Pardo / Colpisa

ESPAÑA

En el momento de la avalancha del Madrid Arena había casi 8.000 personas tan solo en la pista, cuando el plan de seguridad contemplaba 3.680

03 nov 2012 . Actualizado a las 05:25 h.

No fue una fatalidad. No fue estampida momentánea de gente provocada por un petardo o una bengala. O al menos, no solo eso. La Policía Judicial, tras revisar los primeros vídeos de la tragedia del Madrid Arena, sostiene que la avalancha mortal que acabó con la vida de tres chicas y con dos heridas graves fue la suma de un aforo que desbordaba «ampliamente» la capacidad del recinto y de graves errores en una organización sobrepasada por la asistencia y que ni tan siquiera previó cómo controlar las riadas de jóvenes que entraban y salían en el momento cumbre de la velada, la actuación del DJ Steve Aoki. La seguridad en la macrofiesta de música electrónica de Halloween fue tan deficitaria que incluso el personal no logró evitar que gente sin entrada se colara en el Thriller Music Park.

El inicio de la investigación del Grupo V de Homicidios de Madrid ha sido el análisis de las 1.350 horas de grabación de las 90 cámaras de seguridad con las que cuenta el Madrid Arena. Según la Policía, la avalancha mortal comenzó sobre las 3.30 horas, media hora antes de la versión que sostiene el Ayuntamiento y los organizadores. Fue en el momento justo en el que se paró la música porque iba a comenzar la sesión de Aoki. Los investigadores aseguran que, en ese instante, varios centenares de personas, que hasta entonces estaban fuera del recinto, de botellón, irrumpieron en la fiesta en cuestión de unos pocos minutos para ver al afamado DJ.

La Policía sospecha que muchas de esas personas lograron colarse aprovechando la confusión. La seguridad del recinto, al menos en ese momento, no pudo contener la avalancha y, ni mucho menos, controlar los tickets -se cree que pudo haber entradas falsificadas- o revisar las mochilas.

Según se ve en las imágenes, la riada de gente trató de dirigirse directamente a la pista central, abarrotadísima para entonces. La estimaciones basadas en las grabaciones apuntan a que en ese espacio habría unas cuatro personas por metro cuadrado, una proporción considerada por los expertos de por sí «muy peligrosa», ya que lo aconsejable es un máximo de dos por metro cuadrado.

Sin restricciones

La Policía Judicial ya ha constatado que los organizadores en ningún momento restringieron el acceso a esa pista central para evitar el más que evidente exceso de aforo del área y que no se dividió a los asistentes por zonas, como es preceptivo en estos eventos multitudinarios. Todos los asistentes se podían mover por donde querían y casi todos querían estar lo más cerca posible de Aoki. Los investigadores creen que en ese instante en la pista habría casi ocho mil personas, cuando el aforo total del recinto son 10.620 personas pero siempre que se respete una triple división: 3.680 personas en la pista, 3.920 en la primera grada y otras 3.000 en la tercera grada. «La organización no garantizó en ningún momento esa división», apunta tajante un mando de la investigación.

Y ahí se gestó la tragedia. Los centenares de recién llegados, sin que nadie les canalizara, intentaron dirigirse a la pista. Otros centenares de jóvenes, que hasta entonces habían estado en las gradas, decidieron bajar para bailar. Y otra multitud, agobiada por la masificación que había frente al escenario o porque ya había decidido volver a casa, trató de salir por el mismo vomitorio subterráneo -de tres metros de ancho- en el que también desembocaban dos de los accesos principales de entradas a la zona del escenario. El choque de las tres riadas, justo en la zona de escaleras, cogió de lleno a las cinco chicas fallecidas y heridas.

Por ahora, la investigación no ha aclarado si los otros ocho vomitorios que dan acceso a la pista central estaban cerrados.

En ningún momento previo a la avalancha que sepultó a las jóvenes se aprecia una estampida provocada por una bengala como sostiene el consistorio y la empresa organizadora. Sí se escuchan petardos y se ven bengalas en varias ocasiones antes de la riada mortal. Y sí es cierto que durante los más de 20 minutos que duró el rescate de los atrapados -entre ellas las chicas muertas y heridas- alguien encendió una bengala y un cohete en el subterráneo. No obstante, algunos testigos aseguran que esa bengala se encendió para provocar que la gente se alejara del túnel. En cualquier caso, los agentes han recuperado en el pasillo el cartucho de esa bengala, que provocó una importante humareda, aunque no hubo intoxicados ni, hasta donde se sabe, provocó ulteriores estampidas.

Aforo real

Harina de otro costal es la investigación sobre las supuestas irregularidades cometidas en la venta de entradas y que pudieron provocar un exceso de aforo. La empresa organizadora del evento, DivierTT, comunicó al Ayuntamiento de Madrid, dueño del Madrid Arena, que el Thriller Music Park solo congregaría a «aproximadamente» 7.000 personas, por lo que el dispositivo de seguridad que se contrataría se limitaría a ese aforo.

Sin embargo, el abogado de la firma, Jorge Morales, insistió hoy en que esa cifra era una «estimación» previa y que no se engañó al consistorio.

El portavoz de DivierTT reiteró que los organizadores «basándose en la empresa contratada para la certificación» vendieron 9.650 tickets, la misma cifra que dio en un primer momento el vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, quien hoy matizó que esa es la información que le facilitó la empresa y que no la hizo en ningún momento propia.

Esas cifras contrastan, no obstante, la confesión en Antena 3 de un miembro de la organización que afirma que se vendieron 20.000 entradas y que las 9.650 que asegura el vicealcalde solo se referían a ventas por Internet. Solo un relaciones públicas habría vendido otros 6.000 tickets, a los que, según este miembro del equipo, habría que sumar otras 1.000 entradas que reclamó para sí el DJ Aoki y otras 3.000 que repartieron entre otros relaciones públicas. El propio Steve Aoki, al inicio de su sesión, arengó a la multitud con la pregunta «¿podéis creer que somos 15.000 personas?».

El juez decano de Madrid, José Luis González Armengol, fue tajante tras ver las fotos e imágenes de Internet. Cree que el aforo «superó con creces lo legalmente permitido» y que de estos hechos podrían derivarse «posibles responsabilidades civiles, tanto por parte de la empresa organizadora como subsidiariamente por parte de la Policía Municipal». Según el magistrado, es evidente que había hasta «cuatro personas por metro cuadrado, una por baldosa», lo que supondría una «infracción muy grave en la Ley de Espectáculos».

El vicealcalde, que hoy compareció acompañado de la alcaldesa Ana Botella, garantizó que si la información que DivierTT facilitó al consistorio sobre el aforo no era «veraz», y se superó el límite marcado de 10.600 personas, el Ayuntamiento «actuará en consecuencia». Es más, Botella garantizó que el consistorio se constituirá en «acusación particular» si se tiene constancia de que la empresa incumplió cualquiera de sus obligaciones.

En cualquier caso, el concejal responsable de Madrid Espacios y Congresos, Pedro Calvo, aseguró que sus funcionarios «en ningún momento tuvieron la sensación de que se estuviera sobrepasando el aforo» y que la afluencia «estaba dentro de lo permitido».

Mandos de la investigación explicaron que será muy difícil saber el número exacto de personas que accedieron al Madrid Arena porque los organizadores se quedaban con las entradas al ingresar al recinto, una práctica irregular.