Una oleada de inmigrantes invade un islote español próximo a Marruecos

D. V. (Colpisa)

ESPAÑA

El Gobierno cree que se trata de una «acción orquestada» por las mafias que trafican con seres humanos que puede cuestionar la soberanía española de los peñones frente a la costa africana

02 sep 2012 . Actualizado a las 23:45 h.

La presión migratoria vuelve a poner a prueba las relaciones con Marruecos y a cuestionar la soberanía española de los peñones frente a las costas africanas. La llegada de otros 68 inmigrantes la madrugada del sábado a la isla de Tierra elevó a 81 el número de personas que permanecen en el diminuto islote perteneciente al archipiélago de Alhucemas y situado a escasos 10 o 30 metros de la costa marroquí, según la pleamar.

El Gobierno reconoció este domingo que la situación es «delicada» y acusó a las mafias de querer aprovechar «la fibra humanitaria» para abrir nuevas rutas de entrada ilegal al territorio español.

«Se trata de una acción perfectamente coordinada y orquestada por parte de las mafias que trafican con seres humanos», explicó el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani. «Las pretendidas nuevas vías de acceso a territorio español por parte de inmigrantes irregulares no pueden estar al servicio de las mafias que negocian sin pudor con seres humanos», añadió. Y es que el Ejecutivo está convencido de que la mayor vigilancia en los tradicionales puntos de entrada, como en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla, ha obligado a estos grupos a cambiar su modus operandi y buscar lugares más accesibles y menos vigilados.

La prueba de ese cambio en las rutas de las mafias se refleja en los movimientos en los últimos meses alrededor de estos peñones de soberanía española pero muy próximos a Marruecos. Desde mayo hasta doce pateras han llegado a estos deshabitados islotes. El protocolo establece que una vez localizados, las fuerzas de seguridad españolas deben trasladarles al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes en Melilla o, en caso de estar colapsado, a la Península. Sin embargo, el pasado miércoles, tras la llegada de otra patera con 19 inmigrantes el Gobierno modificó su actuación. Solo trasladadó a Melilla, ciudad situada a más de cien kilómetros de la isla de Tierra, a seis personas: tres bebés, dos madres de los menores y una embarazada. Al resto de los inmigrantes se les dio asistencia humanitaria, es decir, algo de comida y unas mantas, pero permanecieron en la isla. Una decisión que no evitó la nueva oleada.

«Una especie de puente aéreo»

El Barkani justificó la medida para evitar que los peñones españoles se conviertan «en una especie de puente aéreo» de entrada a España. El Ejecutivo sabe que si recoge a los inmigrantes, la mayoría subsaharianos, deberá trasladarlos a Melilla o a la Península, lo que podría generar un efecto llamada que España desea evitar. Sin embargo, dejar a casi un centenar de personas abandonados en un islote de soberanía española tampoco es una solución aceptable. El Ejecutivo es consciente de ello y ha activado los resortes diplomáticos. La clave, una vez más, vuelve a ser Marruecos. Fuentes del Ministerio del Interior aseguran que buscan una solución conjunta con las autoridades del país vecino.

Por otra parte, la Guardia Civil tuvo que repeler también la pasada madrugada el intento de asalto a la valla de Melilla, a la altura del Río de Oro, de un grupo de unos 60 inmigrantes. En esta ocasión, la colaboración de las fuerzas de seguridad marroquíes resultó fundamental para neutralizar la operación, según confirmaron desde la delegación de Gobierno.

Sin embargo, la acción casi coincidió en el tiempo con la ocupación de la isla de Tierra. Un ejemplo más para el Ejecutivo español de la coordinación y planificación existente en estas mafias y que, según El Barkani, requiere «una mayor implicación de la Unión Europea» para lograr abortar este tráfico de humanos.