Rajoy y Monti golearon a Merkel

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

01 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

De haber eliminado Grecia a Alemania en la Eurocopa, hubiéramos tenido en semifinales a los cuatro pigs, (cerdos, en inglés), como llama la prensa británica a los países del sur de Europa con problemas. La i de pigs la aportaba antes Irlanda, pero Italia hizo méritos suficientes, o mejor deméritos, para incorporarse al grupo. En realidad, se han jugado estas semanas dos Eurocopas paralelas, la del fútbol en Polonia y Ucrania y la del euro tambaleante en Roma y Bruselas. Leer la crónica de una con los datos de la otra resulta esclarecedor. En el campeonato que juegan Rajoy, Monti -que el viernes amenazó con el penalti de su dimisión a la señora Merkel- y el resto de líderes, se forzó una victoria relativa que tanto beneficia a Europa, y a España e Italia en particular. Imprescindible destacar el papel del francés Hollande, auténtico organizador del juego, a lo Xavi, del Eurogrupo. Con Sarkozy, entregado a la táctica restrictiva de la señora Merkel, el resultado hubiera sido muy distinto.

Se pasó la prueba, a la espera de la letra pequeña de los acuerdos pero también pendientes de si las medidas adoptadas son suficientes para calmar los mercados y reemprender la senda del crecimiento. Conviene contener cualquier triunfalismo por prudencia y, sobre todo, para no herir susceptibilidades alemanas.

La señora Merkel cedió en su numantina defensa de la austeridad a secas pero para eso tuvo que empujar hasta Obama. Y Rajoy hubo de implorar auxilio, lo que implica el reconocimiento de que en este país llevamos años haciendo las cosas muy mal, es decir, viviendo por encima de nuestras posibilidades, tanto las Administraciones como las empresas y las familias.

En el fútbol, Italia y España están en la final y sus selecciones serán recibidas multitudinariamente en Madrid y en Roma con cualquier resultado. En la Eurocopa política, no hay que confundirse, lo del viernes en Bruselas no era una final. A lo sumo nos clasificamos para cuartos, es decir, queda mucho campeonato y mucho sufrimiento todavía. Por fin, un paso adelante, pero estamos muy lejos de la gloria.

El Constitucional y el carbón

Entretanto, en España, parece que populares y socialistas son capaces de acordar algo y han desbloqueado la renovación del Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo y algunas instituciones más. Algo es algo pero todavía insuficiente para la crítica situación que vivimos. «El grisú en las minas no lo ve salir nadie, solo se sabe de él cuando explota -estima Rafael Cortés Elvira, rector de la Universidad Camilo José Cela-, y la situación social puede estallar en cuanto haya una chispa». Algunas personas temen la llegada del 11 de julio, que es el día en que la marcha minera desembarca en Madrid. Para otros, todavía tiene que acumularse más grisú social antes de que explote el descontento de esas clases medias que han caído en pocos meses -y caen- cerca del umbral de pobreza.

Saldremos de la crisis, pero en otras condiciones. Más pobres como país, desde luego, y tardaremos tanto como nos cueste encontrar un nuevo modelo productivo. El viejo, el de la construcción y el turismo, ya finiquitó. El nuevo está por venir y no ayudan a encontrarlo los recortes en investigación y en fomento del comercio exterior, sin duda, los dos grandes errores estratégicos de la política económica de este Gobierno.

No vale con recortar en todos los ministerios un 17 % o el porcentaje que se determine. Hay partidas que, por el contrario, conviene multiplicar. Esas dos citadas, sin duda, son las principales. Fíjense en que la crisis solo la resisten, y aun con problemas, aquellas comunidades que innovan y exportan: País Vasco, Navarra, Cataluña, Madrid y poco más. Elemental, querido señor De Guindos.