Asegura que la pérdida de apoyos no son consecuencia de sus medidas
27 mar 2012 . Actualizado a las 07:02 h.Sin dramas ni lutos, al menos de puertas para afuera. Mariano Rajoy intenta levantar la moral de su tropa, tocada tras el revés sufrido el pasado domingo en Andalucía y Asturias. El presidente del Gobierno, nada más llegar a Seúl para participar en la segunda Cumbre de Seguridad Nuclear, negó que quedarse a cinco escaños de la mayoría absoluta en Andalucía pudiera considerarse un fracaso. Su argumento, el mismo al que han recurrido varios dirigentes populares en las últimas 24 horas, se basa en subrayar el mérito que supone para el PP ganar unos comicios por primera vez tras 30 años de hegemonía socialista. «Me siento muy orgulloso del trabajo de Javier Arenas», remachó.
Si a juicio de Rajoy el PP andaluz no falló, en quién recae la responsabilidad de esta amarga victoria. El líder de los populares tampoco lo aclaró, pero dejó claro que el notorio descenso de apoyos no es achacable a la reforma laboral ni al resto de cambios estructurales que ha puesto en marcha en sus primeros cien días en el Gobierno. De hecho, rechazó la idea de que los ciudadanos hayan planteado estos comicios como si fueran un plebiscito a sus políticas. Y si lo hicieron, no se da por aludido.
El jefe del Ejecutivo no abrió ni una sola rendija por donde pudiera entrar un atisbo de esperanza para PSOE, IU o sindicatos sobre una posible relajación de los aspectos más polémicos de la reforma laboral. Rajoy advirtió que en abril y mayo dará luz verde a nuevas reformas. Y lo hará porque el país «tiene problemas serios», ya que cerró el pasado ejercicio con un déficit del 8,6 %, hay cinco millones de parados y muchas dificultades para hallar financiación. «No es un capricho, lo hacemos porque es lo que necesita España», acotó.
Lo que más preocupa al Gobierno, sin embargo, es que «Europa está detrás», vigilando los pasos de España en la lucha contra el déficit. Una multa de las autoridades económicas de la Unión en las actuales circunstancias, además de la gravedad que ello implica, propiciaría nuevas convulsiones en nuestra economía, según destacan fuentes gubernamentales.
Visiblemente cansado tras 12 horas de vuelo, puso al mal tiempo buena cara y recalcó que el PP no va a defraudar a los cientos de miles de personas que le han otorgado su confianza. «Nos hubiera gustado, como todo el mundo sabe, lograr la mayoría absoluta, pero estoy muy contento del trabajo que han hecho mis compañeros en Andalucía», reiteró.
Los dirigentes del PP se ciñeron al mensaje de Rajoy. La ministra de Fomento, Ana Pastor, puso el acento en que el PP fue el partido «más apoyado» en Andalucía aunque no pueda gobernar. El presidente del Congreso, Jesús Posada, abundó en la misma idea y recomendó no hacer «lecturas a nivel nacional» de los resultados autonómicos. Aceptó, no obstante, que las medidas económicas han podido tener su impacto porque «todo influye» en unas elecciones, pero sostuvo que el Gobierno no podía «ocultarlas» porque es «nuestro mensaje».