Destituyen a un sacerdote tras perder 200.000 euros en Nueva Rumasa

Efe

ESPAÑA

Segun fuentes del obispado de Vic, el cura invirtió el dinero que le prestaron sus fieles para arreglar el tejado de su parroquia, con la intención de conseguir los altos réditos que prometía la empresa.

30 ene 2012 . Actualizado a las 22:24 h.

El obispado de Vic ha destituido al párroco de Sant Hipólit de Voltregà, Vinyoles, Oris y Saderra, Jordi Castellet, por haber invertido en pagarés de Rumasa 200.000 euros que le prestaron sus fieles para arreglar el tejado de su parroquia.

Fuentes del obispado de Vic han confirmado que la intención del párroco era conseguir los altos réditos que prometía Rumasa con el fin de obtener más dinero para reparar el tejado eclesial, aunque no solicitó ningún permiso al obispado para hacer la inversión.

Las mismas fuentes han señalado que hacía tiempo que la actuación de este párroco, que esta tarde tenía conectado un contestador automático en su teléfono móvil, era controvertida entre los fieles de su parroquia.

Mosén Jordi Castellet, de 42 años, ha publicado en su blog que el próximo domingo se despedirá de las parroquias de Sant Hipólit, Sant Esteve de Vinyoles, Sant Esteve d'Orís y Sant Marcel de Saderra en las que ha trabajado durante los últimos catorce años.

Tras detallar en su blog todas las actuaciones que ha llevado a cabo en sus diferentes parroquias, el sacerdote destituido recuerda que la obra del tejado de la iglesia de Sant Hipólit se ha llevado a cabo «en tiempos complicados económicamente hablando».

«Como sabéis -reconoce el religioso- una operación fallida y demasiado arriesgada en que he inmerso a la parroquia es el motivo principal por el que el señor obispo ha decidido que un servidor deje, finalmente, Voltregà».

«De todas maneras -añade mosén Castellet- los industriales habrán cobrado la totalidad de las facturas en el momento en que el obispado abone la subvención que nos había prometido y la deuda restante será asumible. ¡Dios dirá!».

El párroco asegura, no obstante, que se siente satisfecho del trabajo realizado y dice que «es cuando uno es joven que se tienen que hacer las cosas, que se arriesga, que se esfuerza y pone lo mejor de si mismo, aunque no todo acabe saliendo bien o no todo el mundo lo comprenda o no se tenga el mejor tacto y enfoque de las cosas».

«Dejo las parroquias bien arregladas para que el nuevo rector que el señor obispo tenga a bien enviaros no tenga más dolores de cabeza que la deuda que habrá quedado con el tejado de Sant Hipòlit y que, estoy seguro, se podrá afrontar sin miedo», explica el párroco, que enumera todas las obras que ha hecho en catorce años en sus iglesias, en las que se ha gastado cerca de 1,3 millones de euros.