«Los emigrantes que fundaron escuelas tenían visión de futuro»

FERROL CIUDAD

Su abuelo paterno nació en Ferrol y se marchó de joven a Cuba

02 mar 2015 . Actualizado a las 12:04 h.

Sixto Gómez Echemendia (Ciego de Ávila-Cuba, 1986), licenciado en Filología Francesa y Alemana por la Universidad de La Habana, cursa un máster de Historia Contemporánea en la Universidade de Santiago de Compostela. Su abuelo paterno nació en Ferrol y él ha investigado sobre el fenómeno de la emigración gallega a Cuba.

-¿De dónde viene su relación con Galicia?

-Soy de ascendencia gallega. Mi abuelo paterno nació en Ferrol y emigró joven a Cuba. Desde pequeño me interesé por la historia familiar, pero fue en mi etapa universitaria en La Habana cuando entré en relación con el Centro Gallego y Ferrol y su comarca.

-¿Y su interés por la emigración gallega a Cuba?

-En toda Cuba hay una fuerte tradición ligada a la inmigración española de los siglos XIX y XX. De casi un millón de españoles, la mitad procedía de Galicia. Pocos de ellos pudieron regresar y los más se asentaron definitivamente en la isla e hicieron allí su vida.

-¿A qué atribuye la emigración de tanta gente de las comarcas de Ferrolterra y Ortegal?

-A una realidad muy concreta, la existencia de un puerto de embarque cercano y la propaganda por parte de las compañías navieras, cuya influencia llegaba con mayor fuerza a las comarcas aledañas. La mayoría de los emigrantes que embarcaban por el puerto de A Coruña rumbo a Cuba procedían de Ortigueira, Cedeira, Cerdido, Ferrol, Mugardos, A Capela y Pontedeume. Pero el fenómeno creo que es el mismo en todos lados, sin excluir a las comarcas del interior de Galicia.

-¿Cómo nacieron los colectivos de emigrantes gallegos, en concreto la Unión Mañonesa?

-La enorme cantidad de emigrantes desprotegidos en un país extranjero dio lugar a la necesidad de unión. Así fueron surgiendo las primeras sociedades de carácter regional, como el Centro Gallego y Naturales de Galicia, y posteriormente sociedades más pequeñas con fines específicos. La Unión Escolar Mañonesa, fundada el 14 marzo de 1909, fue una de las cerca de doscientas sociedades microterritoriales que se crearon para fundar escuelas en sus lugares de origen.

-¿Qué hay detrás de ese empeño de construir escuelas en sus pueblos de origen, en Galicia?

-Algunos creen que este fenómeno se debe al afán de reconocimiento que tenían algunos exponentes de la emigración, sucesores de los primeros filántropos del siglo XIX. Otros ven incluso una elaborada estrategia para nutrir con nuevos brazos al contingente migratorio, ya que se enseñaba aquello que sería útil para la emigración. Yo creo que fue obra de un grupo de gente altruista y con visión de futuro, que pensaron en una Galicia mejor que la que ellos habían conocido.

-¿Perviven las asociaciones y centros gallegos? ¿Qué papel desempeñan hoy?

-Por supuesto. Hay más de cincuenta asociaciones en activo, la mayoría radicadas en el palacio del Centro Gallego de La Habana. Son las mismas, aunque sus fines fueron cambiando a lo largo del tiempo. Actualmente están federadas y las más pequeñas acaban de realizar un proceso de fusión, dejando fuera solamente a las destinadas a fines culturales o con local propio. Todas estas asociaciones juegan un papel relevante, ya que son depositarias de un legado trascendental en la historia de Galicia.

-¿Cómo les afectará el cambio que se está gestando en Cuba?

-Si logra fraguar lo que se está iniciando por parte de la Xunta, es decir, la creación de un Centro de Información Juvenil, se estaría dando un gran paso para asegurar el futuro de estas asociaciones y al mismo tiempo, promover desde allí acciones formativas, para que los más jóvenes se integren a las empresas españolas que podrían operar en la isla tras la posible apertura económica.