Colau pone como ejemplo para Galicia el modelo de Barcelona

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns LA VOZ

ELECCIONES 2016

CESAR QUIAN

Los alcaldes entran en campaña dejando de lado cuestiones de identidad y tratando de ensalzar su gestión

18 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ada Colau despierta simpatías entre la izquierda. Da igual cómo hable, en castellano, en catalán o en gallego, presentando al alcalde Chulio Ferreiro o demandando «un país máis chusto». Lo de menos es la pronunciación. Encandilan sus palabras y su trabajo como alcaldesa en Barcelona, que arrancó los más enfervorecidos aplausos de los dos mítines que programó En Marea en A Coruña y en Vigo y en los que por fin entraron en campaña los tres alcaldes que pilotaron el proceso de integración del partido instrumental.

En Marea regresaba a los jardines de Méndez Núñez de A Coruña, donde en junio consiguió reunir a tres mil personas que apoyaron a los candidatos, con menos hastío político y un cartel con el tirón de Íñigo Errejón y Alberto Garzón. Con esa perspectiva el pinchazo de público era esperable, y ocurrió. El encuentro arrancó con más de quinientas personas apoyando a los regidores y acabó con cerca de un millar escuchando a un Luís Villares que cada vez se mueve más en el discurso de la ironía.

Pero los sonoros y más largos aplausos estaban reservados ayer para la alcaldesa catalana, que hizo un discurso en clave constructiva y sin meterse en jardines ideológicos que no fueran el del municipalismo.

La recuperación pública de los servicios concesionados, las rentas sociales para los más desfavorecidos o las herramientas para frenar los desahucios fueron algunos de los logros que expuso Colau, a la que todos los alcaldes señalaron como referente y que marca, desde la capital catalana, algunas de las líneas que van a seguir los regidores gallegos. «Porque os problemas son os mesmos en A Coruña, en Santiago o en Barcelona», dijo Ferreiro, que ejercía de anfitrión y que curiosamente estuvo más comedido en su intervención matinal que en Vigo, donde se mostró mucho más intenso ante 400 personas que solo llenaron la platea del Teatro García Barbón.

Allí estuvo también Xosé Manuel Beiras, que entregó otro racimo de halagos a la regidora, y Carmen Santos, la número uno por Pontevedra, que volvió a sacar al ruedo político la paternidad de Feijoo. La secretaria xeral de Podemos retó al presidente de la Xunta a tener a su «meniño» en el hospital Álvaro Cunqueiro, una instalación sanitaria que junto al caso Baltar y «o narco do iate» se están convirtiendo en el mantra de las mareas contra el Partido Popular.

En sus dos intervenciones Martiño Noriega alertó de los «lamentos» del 26 de junio, que de poco valdrán si faltan un puñado de votos para arrebatarle la mayoría a Feijoo. En todas las intervenciones se notó que hay consigna para apretar el acelerador y elevar el perfil de la campaña y del candidato, en rodaje.

Diferencias sobre la independencia entre los distintos partidos de En Marea

«Galicia é o noso suxeito político soberano», decía el diputado Antón Sánchez (AGE-Anova) en el mitin de junio en A Coruña cuando En Marea era todavía una coalición. Ayer volvió a intervenir en el mismo escenario pero, a pesar de tratarse de unas elecciones autonómicas, no hubo ni rastro de la aspiración a decidir la posición de Galicia ante el Estado en un referendo. Y eso que la cabeza de cartel de la jornada era la alcaldesa catalana Ada Colau, firme partidaria de la consulta y ambigua sobre el independentismo catalán.

En Marea ha resuelto un debate incómodo con un párrafo en su programa en el que se reclama claramente «o dereito a decidir» y a superar el marco político y jurídico actual, cuestión que el candidato Luís Villares ha rechazado una y otra vez desde que se sumó al partido instrumental el 5 de agosto. Él irrumpió sin afiliación partidaria, pero las formaciones que sostienen el grueso de En Marea sí se han mostrado favorables en diferentes ocasiones a desarrollar el autogobierno y a permitir que el pueblo decida su destino en las urnas. El candidato sostiene que no está en la agenda para gobernar la Xunta, pero en parte sabe que supondría una grieta entre la nacionalista Anova, que apostaría por el sí, y Podemos y Esquerda Unida, que son partidarios de la consulta -así lo quieren para Cataluña- pero que según sus líderes la quieren dentro de España, eso sí, con otro marco constitucional. Carmen Santos, la secretaria xeral de Podemos, coincide con Villares en que «nestes intres» Galicia no demanda un referendo.