La ejecutiva cuenta con margen para continuar

C. P. SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2016

27 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La dirección nacionalista se abonó ayer al argumento de que, en los cuatro meses que han transcurrido desde que fue elegida en la asamblea nacional de A Coruña, no hubo tiempo para cambiar la tendencia de las pasadas elecciones generales.

La «refundación do BNG» que, según clamó Ana Pontón, se iniciaba cuando fue elegida en febrero portavoz nacional y candidata a la Xunta, apenas ha superado la fase de saneamiento de los cimientos. Es más, en el discurso de diversos dirigentes nacionalistas semeja que incluso se piensa en un medio plazo que va más allá de las elecciones autonómicas, al mencionar a un relevo generacional que todavía no se ha afrontado del todo, al seguir las voces más veteranas de la UPG tratando de marcar el paso de vez en cuando y afeando las estrategias de los que van tomando el mando.

La apuesta de Pontón es ensanchar la base de la organización con más fuerzas que las que le han dado la FOG o el PCPG, las dos siglas que han acompañado al BNG en esta cita con las urnas. Pero poco más queda ya en el espectro nacionalista, una vez descontados los adeptos que se han ido a En Marea con Anova o sin carné, a las mareas municipales o los que aún esperan a que alguno de los dos polos que giran alrededor de ese universo acabe imponiéndose para moverse en consecuencia. 

Un ojo en los alcaldes

Y mientras intenta abrir el partido a nuevos actores, y, sobre todo, intenta captar a una militancia joven que el Bloque no está siendo capaz atraer, la organización nacionalista tiene la obligación, por su propia subsistencia, de seguir conservando bajo sus siglas a los alcaldes y concejales que ahora le otorgan su único poder institucional, diputados autonómicos al margen. Sin ellos, y a la espera de lo que le ocurra a la organización en las autonómicas de otoño, el proyecto nacionalista se vería abocado a una marginalidad que ya sufre en plazas como Vigo, donde ha pasado de tener la alcaldía a no lograr presencia pública después de haber perdido todas sus actas en la corporación.