Se acabó la gran fiesta de Ciudadanos

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado LA VOZ

ELECCIONES 2016

Atlas

Albert Rivera cede ocho parlamentarios en tan solo seis meses. En Galicia no han logrado defender su único escaño

27 jun 2016 . Actualizado a las 02:37 h.

Ciudadanos es la fuerza que más peso pierde en el Congreso respecto a las elecciones del pasado diciembre. Tanto en escaños, en donde ha cedido ocho diputados (en tan solo seis meses pasa de 40 parlamentarios a 32), como en porcentaje de votos, en donde también ha sido la formación más castigada, pasando de acaparar un 13, 94 % de las papeletas a un 12,92%. Por el desagüe se le han marchado casi un millón de votos de los 3,5 que obtuvo el 20D. 

Sin representación en Galicia 

Uno de los parlamentarios que cede Ciudadanos en el Congreso se lo ha dejado en Galicia. El fugaz paso de Albert Rivera en campaña por Vigo, en donde pidió «un empujoncito», no dio resultado.

El partido afrontó a mediados de mayo una importante crisis interna en la comunidad, cuando varios de sus militantes echaron un pulso a la dirección tras el relevo de Antonio Rodríguez, su cabeza de lista en A Coruña y único parlamentario naranja gallego en la pasada y breve legislatura. «No ha cumplido con las expectativas», apuntaron desde la dirección.

El pasado 20D Ciudadanos logró en Galicia 148.852 votos. Tan solo seis meses más tarde, 125.238 apoyos (al 95 % escrutado), casi uno de cada seis votantes. 

«Sorpasso» del PP en Cataluña 

Los continuos bandazos en los mensajes de Albert Rivera en tan solo 15 días de campaña, en los que pasó de rechazar a PP y PSOE, a estar dispuesto a abstenerse para dejar gobernar a cualquiera de los dos, parece que también le han pasado factura en sus grandes feudos. Ciudadanos nació en Cataluña al calor de un voto españolista diferente al PP, una marca muy castigada. Hace seis meses lograron cinco escaños. En la próxima legislatura, salvo bailes de última hora, los populares adelantan a C's en votos, y consiguen traducirlo en un diputado más en las Cortes, adelantando también en parlamentarios a los cinco que ha logrado defender in extremis Rivera. 

Marta Pérez | EFE

Sangría en toda España 

Además de en Galicia, Ciudadanos también cedió escaños en Andalucía (pasa de 8 a 7), en Castilla y León (de 3 a 1), Madrid (de 7 a 6). El peor batacazo de Ciudadanos ha sido en Castilla-La Mancha, en donde perdió los tres diputados. 

Al igual que en Cataluña, C's se mantiene en Aragón (1), Cantabria (1), Asturias (1) Valencia (5), Canarias (2), Baleares (1) y Murcia (2, aunque el último está bailando por un puñado de votos). En Navarra, La Rioja, País Vasco y Extremadura se queda sin representación, como hasta ahora.

No gana en ningún territorio. 

Peligro a corto plazo 

Albert Rivera se presentaba a estos comicios vendiendo moderación y centrismo, con la clara intención de convertirse en la bisagra del Congreso, la única llave capaz de desbloquear la falta de entendimiento entre las irreconciliables dos Españas. Pero los votantes le han dado la espalda. Es posible que muchos decidieran cambiar el sentido de su voto precisamente por esto, ya que para elegir a un candidato que se va arrimar a alguien, mejor decidir por ellos mismos con su papeleta si inclinar la balanza hacia izquierda o derecha. Y ha sido claramente hacia la derecha. El PP ha reconquistado sillones en el Congreso a su costa.

CURTO DE LA TORRE | EFE

El presidente de Ciudadanos también tuvo que afrontar un episodio comprometido a tan solo un par de días de la jornada de reflexión, cuando al poco de pedir la dimisión del ministro del Interior en funciones tras la filtración de los audios del titular de Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, salió su nombre a la luz. «El señor Rivera me vino a ver y me dijo que me apoyaría en todo, pero me pidió que les diera alguna cosa», aseguró el director de la Oficina Antifraude de Cataluña Daniel de Alfonso durante su comparecencia en el Parlament.

Ciudadanos es uno de los grandes perdedores en estos comicios. El color naranja pierde fuerza en el Congreso, algo que unido a su débil estructura en la mayoría del estado español (casi inexistente salvo en Cataluña y Madrid) puede poner en apuros a corto y a medio plazo el futuro de la formación naranja, que corre el riesgo de quedarse en terreno de nadie y continuar con la sangría de votantes. Al ser el partido más personalista, su futuro parece estrechamente vinculado a la habilidad política que consiga demostrar Rivera. El 20D protagonizaron junto a Podemos una de las mejores entradas en el Congreso en la historia, en donde pasaron de cero a 40, pero tan solo seis meses después parece que se ha acabado la fiesta.