Quince días ensayando las autonómicas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 2016

César Quian

La campaña en Galicia ha estado marcada por la polarización entre el Partido Popular y En Marea

25 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia vota mañana tras una campaña marcada por la polarización que han buscado PP y En Marea. Salvo la coalición tripartita, que carece de candidato y sufre una división interna, los principales partidos han aprovechado estas dos semanas para afianzar posiciones con la vista fijada en los comicios que este otoño decidirán quién lidera la Xunta en el período 2016-2020.

PPDEG

Misión: remontar aplastando a C’s y cortejando a socialistas. Superar los 605.178 sufragios, el 37,1 % de respaldo o bien los diez escaños obtenidos en las generales de diciembre. Cruzar al menos una de las tres metas. Eso busca el PPdeG en los comicios de mañana. O sea, un resultado que permita a su cúpula comparecer en la noche del 26J y transmitir un triple mensaje: la renovación de políticas y equipos emprendida tanto en el partido como en la Xunta funciona; la remontada, tras los retrocesos sufridos en las últimas europeas, municipales y generales, ya ha comenzado; y, por tanto, Alberto Núñez Feijoo puede lograr este otoño una nueva mayoría absoluta.

Con dicho objetivo, en su ensayo de las próximas autonómicas, el presidente de los populares ha recorrido Galicia estas dos semanas machacando la idea de que solamente confiar en el PP garantiza que el «populismo» de Podemos y sus satélites, como en En Marea, no se haga con el timón de la Moncloa. Levadura discursiva al margen, ese pastel ha intentado elaborarlo con pocos ingredientes.

Uno, llamando a «volver a casa» a quienes hace medio año apoyaron a Ciudadanos, pues hacerlo de nuevo ahora resultaría «inútil», dado que no obtendrá representación en ninguna provincia. Dos, instando a los socialistas «moderados» a apostar en esta ocasión por Rajoy, con el ánimo de que Sánchez no alcance luego con Iglesias el «pacto da súa supervivencia». Y tres, animando a los abstencionistas del 20D a «non quedar na casa» y así abortar el «bloqueo» institucional.

La guinda a esa tarta se la puso anoche Feijoo en A Coruña. «Pídovos que participedes para que España se pareza máis a Galicia, [...] para que recupere a estabilidade», proclamó.

PSDEG

Leiceaga, entre el «training» y la apuesta del cambio seguro. El PSdeG cerró anoche con un acto central en Ourense una campaña de generales sustancialmente diferente a la celebrada seis meses atrás. En el 20D, Besteiro todavía era la referencia del partido en Galicia, reemplazado ahora en esta tarea por Fernández Leiceaga, que convirtió su agenda de actos en una especie de training personal para afrontar su cita crucial: las autonómicas de otoño.

El esquema básico del PSdeG consistió en dar a conocer en toda Galicia al que será su futuro cabeza de lista para la Xunta, mientras que desplegaron algunos gestor para intentar unir a un partido que una semana antes del inicio de la campaña quedó fragmentado en dos mitades por la celebración de unas primarias en las que Leiceaga se impuso a Méndez Romeu.

De cara a la galería, las heridas se han restañado en campaña. El presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, uno de los principales apoyos de Leiceaga en las primarias, y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, valedor de Méndez Romeu, compartieron escenario en un mitin en As Pontes. Esa unidad expresada sobre el escenario le valió al nuevo referente del PSdeG para reivindicar el «cambio seguro» que representa su partido frente a los que piden votar por miedo o por rabia.

EN MAREA

Equilibrios imposibles con el objetivo puesto en las gallegas. En Marea ha conseguido una campaña diferenciada de Unidos Podemos por dos cuestiones esenciales: porque al 20D la coalición gallega ya acudía con Podemos y Esquerda Unida de la mano (además de Anova), y porque el sorpasso que buscan confirmar los morados en España ya parece consolidado en Galicia, según los resultados de diciembre y las encuestas, que le conceden la posibilidad real de distanciarse más del Partido Socialista.

Aún así, de forma indirecta la dirección de Podemos ha distorsionado la proclamada «coralidade» de la coalición al señalar con claridad al alcalde coruñés, Xulio Ferreiro, como su auténtico referente en Galicia, cuestión que ha provocado celos en la coalición y en Podemos-Galicia, que aún no ha cerrado las heridas de su reciente y complejo debate interno.

Más abierta y a la vista está la brecha entre Xosé Manuel Beiras (Anova) y Yolanda Díaz (EU). Las palabras del primero en Vía V ratificando la «deslealdade» de la ferrolana vinieron a demostrar que la crisis entre ambos, cerrada en falso en la asamblea de mayo, sigue latente. Salvo ella, ya nadie pierde el tiempo en desmentirla. Las posiciones, los equilibrios y las tensiones han evolucionado públicamente o bajo tierra, y todo por un motivo: las elecciones gallegas.

El tramo final de la campaña lo ha marcado también la exaltación que Beiras hizo de Hugo Chávez.

BNG

Una campaña para que el nacionalismo pueda resistir. El Bloque cerró una campaña pensada en clave autonómica y que tenía un objetivo: apuntalar la resistencia del nacionalismo de cara a la cita con las urnas en Galicia el próximo otoño. De ahí la presencia en todos los actos de la que será su candidata a la Xunta, Ana Pontón.

Ese es el elemento más novedoso respecto a la campaña de diciembre. El resto son dos cambios que pasan más desapercibidos: recuperar la marca electoral del BNG y el relevo en el número uno de la candidatura por Pontevedra, ahora Luis Bará.

El mensaje central, el mismo que el 20D: si el Bloque no está en las Cortes, Galicia no existe en la agenda política.

Ciudadanos

Barniz local para competir el 26J y en la cita de otoño. El 20D las urnas colocaron el listón de Ciudadanos en Galicia en 147.910 votos y un diputado, pese a carecer de propuestas gallegas y basar la campaña solo en su líder. Para tratar de crecer, la cúpula estatal de C’s abrió esta vez ventanas a la reivindicación territorial (peajes, cuotas lácteas y pesqueras, principalmente) y alentó un tono más incisivo de sus nuevos candidatos de A Coruña y Pontevedra. El objetivo, luchar por una segunda acta y abrirse camino a las autonómicas para ser considerada como opción con posibilidades de entrar en el Parlamento, mientras hace frente a un descontento interno que no hace más que cobrarse bajas.

Información elaborada por M. Cheda, D. Sampedro, Juan Capeáns, M. Beramendi y C. Punzón.