Diputados de Podemos cobraron el finiquito en contra de su código ético

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2016

benito ordoñez

El documento prohíbe recibir indemnizaciones por cesar en cargos públicos

11 jun 2016 . Actualizado a las 16:14 h.

El papel lo aguanta todo; la realidad política, no tanto. Los partidos políticos españoles han ido presentando en los últimos años, con el bum insoportable de la corrupción y el tren de citas electorales, unos códigos éticos que con más o menos detalle conforman una pauta de comportamiento para sus integrantes y, sobre todo, para los cargos electos con sueldos públicos.

Podemos es sin duda alguna la formación más puntillosa y, por tanto, la más susceptible de patinar. El capítulo XII, apartado h), casi al final de su documento, se dedica a la aceptación de normas para cargos designados por Podemos en cualquier órgano de las Administraciones públicas o en sus entes instrumentales. Y dice: «Aceptarán no percibir ninguna remuneración ni cesantías de ningún tipo una vez finalizada su designación en el cargo. Quienes con anterioridad al cargo fueran titulares de empleo público serán repuestos con carácter definitivo en el último puesto del que fueran titulares u otro puesto equivalente en términos de salario. [...] Quienes no fueran titulares de un empleo público cobrarán la prestación de desempleo público».

En un documento del 8 de junio, el Congreso de los Diputados -igual que antes el Senado- hizo público en un artículo del reglamento los nombres de los parlamentarios que van a percibir una «indemnización de transición», unos 8.000 euros que han ingresado esta misma semana en sus cuentas, cuando la actividad en la Carrera de San Jerónimo cesó el 3 de mayo: un finiquito en toda regla.

Entre los que han percibido esta cantidad, que supera en ambos casos los 8.000 euros, están los gallegos de En Marea Ángela Rodríguez Martínez (diputada por Pontevedra) y José Manuel García Buitrón (senador por A Coruña). El segundo, médico jubilado, ha renunciado a reincorporarse al sistema de pensiones durante los 54 días entre la disolución de las Cortes y las elecciones, y la segunda ha declinado hacer más valoraciones sobre este aspecto, remitiéndose al «código ético» de En Marea, integrado en el acuerdo político de Anova, Esquerda Unida y Podemos que recogió la Junta Electoral.

Una redacción vaga

El código ético de En Marea es bastante menos prolijo que el de sus socios de Podemos. Se trata, en todo caso, de un documento con medidas concretas, pero que pasa de puntillas sobre algún aspecto de los límites salariales. Así, dispone que los miembros de En Marea podrán «percibir un único salario, salvo que este sume menos de tres salarios mínimos». ¿Está diciendo, como defienden los diputados y senadores de la coalición gallega, que solo pueden cobrar tres veces el salario mínimo interprofesional? No. Dice que pueden tener un solo empleo sin límite de sueldo o varios siempre que la suma no supere los 1.900 euros. Podemos sí ha rebajado las nóminas en este sentido y es la formación que ha marcado en realidad la cantidad a percibir. De hecho, el resto del dinero, como reconocieron los excargos de En Marea consultados, pasa directamente al proyecto Impulsa, que gestiona la formación morada y cuyos fondos acaban en asociaciones afines. En otro punto en el que difieren las tres patas de la coalición es en el destino de las cantidades que se obtengan por subvención de los resultados electorales. «El sobrante, si existiera -dice el documento-, será posible repartirlo entre las organizaciones políticas de la coalición de forma proporcional a su cuota de participación. En este punto Podemos renunciaría a este derecho».

El código incluye el compromiso de transparencia y la rendición de cuentas al principio y al final de la actividad como representante, o la publicación de las declaraciones de bienes, rentas y patrimonio, y es amplio a la hora de definir las incompatibilidades con las empresas públicas o privadas. Pero al entrar de nuevo en las contrataciones de personas designadas por En Marea, deja flecos sueltos, al limitarse a «rechazar un salario superior a los recogidos en el convenio colectivo o en régimen retributivo del resto de personas empleadas» en el organismo.

Fernán-Vello y la indemnización

El exdiputado y candidato al Congreso por Lugo, Miguel Anxo Fernán-Vello, fue el último en referirse a esta polémica. Como sus colegas, aseguró que «En Marea cumpre estritamente co seu código ético» y recordó en una red social que las «indemnizacións establecidas polo bipartidismo deberían ser obxecto de revisión, e mesmo á baixa». Para el lucense «fica claro» que los excargos del PP y del PSOE que renunciaron a la paga lo hicieron por incompatibilidad.