El 20D certifica el fin del bipartidismo

La Voz

ELECCIONES 2016

El PP y PSOE superan tan solo ligeramente el 50 % de los votos y ceden desde el 2011 más de cinco millones de votos

21 dic 2015 . Actualizado a las 12:43 h.

El fin del bipartidismo ha llegado. El recuento del 20D ha confirmado el completo rediseño del actual mapa político con un desgaste de los dos grandes partidos y la destacada irrupción de Podemos y Ciudadanos. Una nueva correlación de fuerzas que rompe la situación vigente desde hace 33 años.

PP y PSOE, que desde las elecciones de 1982 siempre habían sumado, al menos, dos tercios de los votos y un mínimo de 282 de los 350 escaños del Congreso, se quedan en estos comicios con 213 escaños. La suma de los sufragios de ambos partidos superan, además, tan solo ligeramente el 50 % de los votos. Un panorama muy diferente al del año 2008, cumbre del bipartidismo, cuando entre ambos sumaron 323 escaños y el 83,81% de los sufragios (el PSOE logró 169 diputados y el 43,87 % de los votos y, el PP, 154 escaños y el 39,94 % de los sufragios).

En las elecciones del 2015 el mayor batacazo de los partidos decanos lo sufre el Partido Popular, formación que pasa de los 10.866.566 votos a los 7.043.316 y de 123 diputados a 63. Cede, por tanto, en los últimos cuatro años 3.823.250 sufragios y 58 escaños. En porcentaje de voto pasa del 44,60 % al 28,70 % actual, es decir, un 15,9 % menos. Es su peor situación electoral desde el año 1989.

El PSOE, por su parte, hunde su suelo hasta situarse en la peor situación electoral de toda la democracia. La formación de Pedro Sánchez se queda en 90 escaños y en 5.407.397 votos. Pierde desde el 2011 (cuando había tocado fondo) 20 escaños y 1.596.114 sufragios. También desciende más de 6 puntos en porcentaje de voto desde el 28,80 del 2011 al 22,02 % de este 20D.

La convulsión ha sido más palpable, de todas formas, en las grandes provincias, donde el PP y el PSOE han tenido una verdadera sangría de escaños, mientras que han salvado los muebles en las circunscripciones más pequeñas. Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Alicante, Málaga y Murcia, que son solo el 13 % de las circunscripciones, ponían en juego 126 diputados, y es en estas provincias precisamente donde el PP y el PSOE registran la mayor parte de sus pérdidas.

El PP, en concreto, se deja 25 de los 63 escaños que pierde respecto al 2011, mientras que de los 20 diputados menos con los que contará el grupo socialista, once se han quedado en el camino de estas siete grandes circunscripciones.

Las formaciones más emergentes

Ciudadanos y Podemos, dos partidos que no se presentaron a las anteriores elecciones generales, entran, por el contrario, con fuerza en el Congreso. Podemos (y las listas que se presentaron a las elecciones junto a la formación de Pablo Iglesias, entre ellas, En Marea) se sitúa como tercera fuerza política con 69 diputados, siendo, además, el partido con mayor respaldo en comunidades como País Vasco o Cataluña. En total, Podemos suma más del 20 % de los votos (un total de 5.189.333) y se sitúa a menos de dos puntos del PSOE.

En su discurso de valoración electoral, Pablo Iglesias aprovechó para dar por acabado el bipartidismo. Según zanjó, «España ha votado cambio» aunque los dos partidos tradicionales hayan ocupado las dos primeras posiciones. «El PSOE de Pedro Sánchez ha sacado el peor resultado de su historia y el PP el peor desde 1979», señaló para contraponer el éxito de Podemos al batacazo de los grandes partidos.

Ciudadanos, por su parte, a pesar de limitar sus expectativas y de perder la oportunidad de liderar el cambio, también logra un importante apoyo de votantes al sumar 3.416.469 sufragios y un 13,92 % de los votos. La formación de Albert Rivera entra en el Congreso como cuarto partido con 40 escaños.

Su candidato, Albert Rivera, ha vuelto a calificar la nueva situación de «nueva Transición». Para Ciudadanos se reserva el papel de «fundamental».