Noriega invita al diálogo «máis aló das dinámicas partidarias»

rosa martínez SANTIAGO / LA VOZ

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Álvaro Ballesteros

El líder de Compostela Aberta se comprometió a gobernar «para a maioría social agredida»

14 jun 2015 . Actualizado a las 08:45 h.

El hasta ayer alcalde de Teo, Martiño Noriega, cambió el bastón de mando de este municipio próximo a los 20.000 habitantes por el de la capital. De hecho, el líder de Compostela Aberta, que durante este mandato ocupará el principal despacho del ala municipal del pazo de Raxoi, recibió el báculo que simboliza el mando de la ciudad después de entregar el de Teo a Rafael Sisto, su segundo durante sus ocho años de gobierno en ese municipio vecino de Santiago.

Con un ejecutivo en minoría, Noriega asumió la gestión de Compostela invitando a la oposición al diálogo en torno al «común denominador» de las «cuestións importantes da cidade» que permitan a esta, «máis aló das dinámicas partidarias e diferentes sensibilidades», recuperar «o perfil, o latexo e o prestixio e exercer como capital dun país que está orgulloso de tela» como tal. Y se comprometió a gobernar «para a maioría social agredida» antes de proclamarse «cidadán galego, internacionalista e republicano» en un discurso en el que tuvo presente a su «mestre» Xosé Manuel Beiras, a Avelino Pousa y a Díaz Pardo, y con especial relevancia a Ánxel Casal.

El nuevo regidor reivindicó no solo la memoria del que fuera alcalde de Santiago «no momento do alzamento», quien «pagou a súa valentía» y su defensa «da legalidade republicana daquela corporación entregando a súa vida nunha cuneta de Cacheiras (Teo)», sino también sus valores de «sensibilidade social e cultural», valores que «queremos reivindicar para a cidade». Noriega tuvo presente igualmente al último alcalde republicano de la ciudad al prometer sus cargos, primero como edil, después como regidor, y modificó, como otros compañeros de formación, la fórmula por la que se asume la representación corporativa. El líder de Compostela Aberta evitó nombrar expresamente al rey, sustituyendo la mención en la que se promete o jura ejercer el cargo con lealtad a su figura por la de lealtad al jefe del Estado.

La anécdota de la sesión, que siguieron desde el salón de plenos el presidente de la Xunta, el rector y el arzobispo, y desde otras dependencias el resto de los invitados a través de una pantalla, llegó con la entrega del bastón de mando, que hubo que repetir. Aunque ya proclamado alcalde, en la primera no había jurado todavía el cargo. Advertido el lapsus, se corrigió el error. Noriega valoró como «terriblemente correcto» que el presidente de la Xunta asistiese a la investidura «do alcalde da capital», aunque no tuvieron ocasión de saludarse, reconoció el regidor, de quien su predecesor en el cargo, Agustín Hernández, espera que gobierne para «o cen por cen dos veciños» y no solo «para os seus votantes».