La atomización del voto deja pendiente de pactos el gobierno de seis ciudades

m. cheda REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 2016

Las mareas irrumpen con fuerza y sus candidatos de Santiago, A Coruña y Ferrol se perfilan como alcaldes en una Galicia urbana donde solo Caballero logra la absoluta

25 may 2015 . Actualizado a las 11:50 h.

Decenas de miles de gallegos se levantan esta mañana sin saber con certeza quién va a dirigir sus ayuntamientos a partir del 13 de junio, cuando se constituirán las corporaciones locales elegidas ayer en las urnas. Es la consecuencia de la fragmentación del mapa del poder que deja como poso el 24M. Las 236 mayorías absolutas concedidas por los electores en el 2011 caen a 215. En las ciudades, de tres pasan a solo una: la del PSOE en Vigo. El resto de la Galicia urbana queda pendiente de unos pactos que podrían dar a las mareas, las triunfadoras de la jornada, hasta tres alcaldías y dejar al PP, el perdedor, con una o ninguna.

La emergencia de las coaliciones instrumentales donde se integran Izquierda Unida, la Anova de Beiras y Podemos, entre otras fuerzas y movimientos sociales, y, en muy menor medida, la irrupción de Ciudadanos abren un nuevo ciclo político en la comunidad. Una era marcada por el estancamiento del PSOE, el retroceso del BNG y la debacle del Partido Popular.

Tras una campaña marcada por los niveles récord de indecisión, los de Alberto Núñez Feijoo han fracasado en su intento de no perder la referencia del listón del 40 % de los apoyos. Frente a los 44,85 puntos porcentuales de voto cosechados hace cuatro años, los conservadores obtienen 35,8, su peor resultado desde 1987. Se han dejado por el camino, redondeando, 185.000 sufragios, para situarse solamente algo por encima del medio millón.

Los socialistas, en cambio, resisten mejor la llegada de los nuevos actores. Se quedan muy lejos del 29 % de aprobación del 2007, pero, aun perdiendo 25.000 respaldos en números absolutos, avanzan respecto al 2011 cuatro décimas en cifras relativas, hasta el 26,4 %. Y el Bloque, regresando en el tiempo a principios de los 90 (72.000 papeletas menos), no supera la barrera del 13 %.

Todo ello se traduce en que el tripartidismo clásico gallego cede en el global de la comunidad 305 concejales, al descender desde los 3.568 del 2011 hasta los 3.263. Lo peor se lo llevan el PP, que baja de 1.998 a 1.753, y el BNG, que hace lo propio desde los 589 hasta los 468. En el polo opuesto, el PSOE remonta, sumando 59 a los 981 que posee.

En las ciudades, el socialista Abel Caballero continuará gobernando Vigo, si bien con 6 ediles más que en la actualidad: 17 de 27. En Pontevedra, con 12 de 25, seguirá mandando Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), salvo alianza contranatura. En Santiago y en A Coruña serán investidos regidores los candidatos de las mareas: Martiño Noriega y Xulio Ferreiro, respectivamente, a no ser que los progresistas apoyen a los populares Agustín Hernández y Carlos Negreira. En Ferrol, José Manuel Rey perderá el bastón de mando siempre que el PSdeG y el Bloque faciliten la investidura del cabeza de cartel de Ferrol en Común, Jorge Suárez. En Ourense, las riendas las asumirá el exconselleiro Jesús Vázquez (PP), si el PSOE, como avanzó anoche, no se alía con los independientes de Pérez Jácome para aupar a este. Y en Lugo se presenta un escenario incierto: o ejecutivo en minoría del ganador de los comicios, el popular Jaime Castiñeira, o acuerdo a tres bandas de la marea local, el BNG y los socialistas para que Xosé López Orozco o bien alguien de su lista prorroguen a 20 los 16 años consecutivos de mando del PSOE en la plaza.

Entre los demás concellos de mayor población, destaca la situación de Ames, ubicado junto a Compostela, que es la perfecta foto de la fragmentación del voto: 4 escaños el PP, 4 el PSOE, 4 Ames Novo, 3 Contigo Pódese, 3 PxA, 2 BNG y 1 Ciudadanos.