El PP defiende su hegemonía frente a la nueva izquierda

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2016

El termómetro del PSdeG está puesto en las ciudades para ver si logra contener a las mareas

23 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En el año 2005, la izquierda tomó el mando de la Xunta porque PSOE y BNG juntos le sacaron más de seis puntos al PP, 52,4 frente a 45,8 % de voto. En el 2009, redujeron la ventaja a solo dos puntos y quien ganó fue la derecha, que acabó recuperando una hegemonía que este 24M pone a prueba ante la izquierda que se renueva con las mareas.

Aguantar en el 40 %

El PP asume que tendrá desgaste en estas municipales derivado de la acción de gobierno en Madrid y en Galicia, pero que todo lo que sea mantener la alcaldía de tres de las siete ciudades, tres de las cuatro diputaciones provinciales y un margen de voto que se sitúe por encima del 40 % pueden darlo por bueno, pues es el umbral que se garantizaron en su peor momento, el que vino tras el hundimiento del Prestige.

El eje de la alternativa

Besteiro desencriptó varias veces el objetivo del PSdeG en esta campaña, al mostrarse convencido de que su partido obtendrá mejores resultados y más alcaldías, que le permitirían erigirse en la única alternativa al PP. Pero ser el eje de esa alternativa pasa por mantener la condición de segunda fuerza en la Galicia urbana, algo que tiene en entredicho en ciudades como A Coruña y Santiago, aparte de Pontevedra.

Continuar de terceros

El BNG es una formación que lleva más de una década en retroceso, pierde votantes gota a gota en cada convocatoria, y es muy difícil que pueda invertir la tendencia. Con todo, daría por aceptable revalidar la condición de tercera fuerza en Galicia -en las autonómicas del 2012 fue cuarta y en las europeas, quinta-, siempre que eso se acompañe con revalidar sus alcaldías emblemáticas, como Pontevedra, y mantener su presencia en las ciudades.

Tocar poder o morir

El aspecto más novedoso del 24M son las llamadas mareas, que permitieron renovar el pulso de la izquierda a través de más de setenta coaliciones instrumentales de partidos como Esquerda Unida, Anova, asociaciones y ciudadanos independientes, y que se juega el tocar poder o arriesgarse a morir si no lo consiguen. El medidor de su éxito consistiría en erigirse en primera fuerza en alguna plaza importante o, al menos, lograr el apoyo del resto de la izquierda para alguna alcaldía.

Ciudadanos

El partido de Albert Rivera existe desde hace 9 años, pero es ahora cuando asume el desafío de implantarse en toda España. En Galicia solo concurre en una veintena de localidades. Para ellos el éxito consistiría en entrar con representación en las ciudades -la única en la que no concurren es Ourense- y ser un actor a tener en cuenta para los pactos.