CEIP O Coto, donde las Matemáticas son un juego

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira NEGREIRA / LA VOZ

EDUCACIÓN

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El centro educativo de Negreira aplica los sistemas ABN y Jump Math, y han conseguido que a todos los niños les gusten las «Mates»

22 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En el siglo XXI las Matemáticas no pueden ser la asignatura más odiada en un colegio. Eso es lo que creen al menos en el CEIP O Coto, de Negreira, y a partir de esta idea han conseguido que sus alumnos adoren las Mates. Lo han hecho aplicando dos programas muy diferentes, pero ambos permiten un aprendizaje más eficaz: son Jump Math y ABN. Con el primero llevan varios años y en el caso del ABN apenas un par de cursos. ¿Los resultados? Con el primero están encantados y en el segundo, del que todavía no tienen mucha experiencia, tienen enormes esperanzas.

La directora, Amparo Mera, es una firme defensora del método ABN (algoritmo basado en números): «É un método moi interesante -explica-: os profesores vemos que os rapaces responden moi ben, porque son métodos baseados na manipulación, algo que xa se facía antes, pero que ten unha dinámica determinada». Para los niños, pues, acercarse a las Matemáticas resulta algo más sencillo, menos complejo que afrontar conceptos abstractos. Pero, además, el ABN tiene un aspecto fundamental: «É moi flexible. Permite que os nenos aborden as operacións con diferentes enfoques, diferentes camiños». En el colegio refuerzan en paralelo la comprensión lectora, un gravísimo problema en general, porque la mayor parte de las veces los niños simplemente no entienden lo que leen y por tanto no saben qué se les pide que encuentren. «Entender o que len é a metade do problema -aclara Mera-, e despois seguen a ruta e escollen a operación que necesitan alí».

Otra cosa es el método Jump Math. El colegio se apuntó a un programa piloto que convocó la consellería con la Fundación Telefónica hace unos años. A día de hoy, O Coto es el único centro gallego que sigue con esta propuesta. No entienden por qué no se siguió apostando por un método que es sorprendente: «No tiene dibujos ni colores, es de una sencillez total. Es un método deductivo, que va de lo simple a lo complicado, y para los estudiantes es muy motivador». Lo dice Marisa, una de las profesoras de sexto que todavía aplica este sistema. Y lo corrobora Soraya, alumna avanzada: «Es muy fácil -concluye- y hacemos las cosas de varias maneras, las entiendes perfectamente y lo mejor es que no necesitas a nadie». Esa autonomía que destaca Soraya también es importante para Pilar Quintáns, secretaria del centro y tutora: «Potencia mucho el razonamiento porque los niños van paso a paso, es sistemático. Hace que estén muy centrados en la tarea porque, por ejemplo, no tienen que copiar enunciados, no se despistan. En las clases en las que se aplica se nota mucha mejoría».