La vuelta al cole en Galicia supera los 400 euros por alumno

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

EDUCACIÓN

PEPA LOSADA

Cuatro centros no iniciaron las clases en el día en el que regresaron a las aulas más de 200.000 niños de infantil y primaria

13 sep 2016 . Actualizado a las 12:39 h.

Libros para un alumno de cuarto de la ESO, 258 euros. Material deportivo básico para poder realizar las actividades físicas, casi 100 euros a mayores. Libros para un niño de segundo de primaria, 240 euros. Equipación básica para el inicio del cole, unos 150 euros más. Libros de primero de la ESO, 348 euros en un instituto compostelano. La vuelta al cole no solo implica regreso a los horarios y rutinas, sino un desembolso económico que pone a muchas familias contra las cuerdas.

Los gallegos se gastan más de 400 euros en la vuelta al cole de cada uno de sus hijos sin contar por supuesto actividades extraescolares, uniforme, comedor o transporte. Además, hay que sumar el material que el primer día se pide a los pequeños para realizar las tareas en el aula. Esta cifra, para los centros públicos, se eleva en el caso de los privados e incluso de los concertados, en donde muchas veces es obligatorio el uniforme y además existe un desembolso mensual. Y es que un alumno de primaria en un colegio concertado gallego abona, solo en libros, uniforme y material deportivo obligatorio unos 700 euros. A partir de ahí hay que empezar a contar actividades extraescolares si el niño acude a ellas, comedor o programa de madrugadores, y transporte en caso de necesitarlo.

Con este panorama comenzaron ayer las clases más de doscientos mil pequeños. Son los alumnos de educación infantil, primaria y educación especial, unas etapas que han sufrido un ligero descenso de matrícula en relación con el 2015.

El inicio de curso comenzó con normalidad, pese a que cuatro centros no volvieron a las aulas. En el caso del colegio A Lama y del Doutor Suárez de Fornelos de Montes, ambos en la provincia de Pontevedra, la inspección y los responsables técnicos decidieron trasladar a los niños a otra parte del centro, ya que se están realizando obras. La empresa cambiará los horarios para que la mayoría de los trabajos se hagan por las tardes e interferir así menos en la actividad lectiva.

En el caso del colegio Santa Eulalia de Dumbría y Arcediago de Santiso, los padres han protestado por el agrupamiento de alumnos de distintas edades en la misma aula, por lo que no enviaron a sus hijos a clase. En Santiso, por ejemplo, los progenitores aseguran que seguirán sin mandar a los niños al centro hasta que no se solvente el problema.

Protestas

Las dos plataformas en defensa de la enseñanza pública criticaron la falta de profesorado, el incremento de docentes que dan materias afines, el cierre de escuelas unitarias y sobre todo la puesta en marcha en este curso de las reválidas. Las dos entidades destacaron el elevado rechazo planteado por los padres a las evaluaciones de primaria durante el pasado curso, pero también actualmente, ya que de hecho mañana se llevará a cabo una protesta delante de la Consellería de Educación por parte del colectivo de corte nacionalista, mientras que la otra plataforma no descarta la realización de movilizaciones durante el próximo mes de octubre.

Educación garantiza la atención al alumnado y a su diversidad

La Xunta asegura que se han valorado las peticiones de profesorado por parte de los centros y se ajustó la dotación de personal a lo marcado en los catálogos y a la valoración que hicieron los equipos de orientación de los centros, pese a las críticas por la atención al alumnado con necesidades educativas. Educación insiste en que «se garante a axeitada atención ao alumnado e á súa diversidade co persoal consignado neste momento». Si ayer comenzaron los más pequeños, el jueves lo hacen los alumnos de secundaria, bachillerato y formación profesional. En torno a 72.630 estudiantes harán uso de los comedores públicos este curso, de los que unos 60.000 lo hacen en instalaciones gestionadas directamente desde la Administración educativa y el resto en comedores que coordinan concellos y AMPA.