Los profesores gallegos tendrán una guía para el abordaje del autismo

Elisa Álvarez González
E. Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

EDUCACIÓN

XOÁN A. SOLER

Educación elaboró el primer protocolo que da herramientas para detectar y hacer un tratamiento pedagógico en el aula

15 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Actualmente los alumnos con necesidades educativas especiales ya reciben una atención específica en el aula pero desde ahora los profesores tendrán una herramienta más para detectar a aquellos menores que presenten un trastorno de espectro autista (TEA). Se trata del primer protocolo para el tratamiento educativo de estos escolares, que presentó el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, acompañado por los representantes de varias asociaciones que participaron en la elaboración del documento. Se trata de una guía muy clara con unas pautas de actuación para saber detectar primero a menores que puedan tener autismo, y para abordar después su formación en el aula. También da indicadores a las familias para que se fijen en los posibles signos de alerta.

El diagnóstico

El protocolo enumera los síntomas en función de la edad del menor. Por ejemplo, a partir de los tres años el pequeño suele realizar juegos repetitivos, apenas tiene lo que se conoce como sonrisa social o responde poco a su nombre. En el caso de los niños de más de cinco años, les cuesta unirse al juego de otros compañeros de clase, tienen un uso limitado del lenguaje o reacciones extremas ante la invasión de su espacio personal o mental.

Cuando la familia y el tutor consideran que puede existir TEA, es el departamento de orientación quien debe actuar. Para ayudar a que el desarrollo curricular de estos estudiantes sea el mejor posible, el protocolo recoge que su lugar en el aula sea lo más próximo posible al docente o la pizarra, que se elimine la hiperestimulación visual que pueda distraer al alumno de sus tareas y recomienda el uso de pictogramas, por ejemplo. A la hora de examinarse, es importante que las preguntas tengan enunciados cortos, que no se evalúen los errores de presentación o se les permita hacer el examen de forma oral o con ordenador.

Román Rodríguez aseguró que es fundamental tener un sistema educativo que de respuesta a todos los menores, aportando herramientas para la diversidad. Alberto Silva, director de Aspanaes, una de las entidades que colaboró en la guía, afirmó que el protocolo no era necesario «senón imprescindible».