Auxiliares del naval gallego impulsan una gran base de reparación de buques

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Xoán Carlos Gil

Metalships ofrece sus instalaciones, que está dispuesto a vender por 28 millones

15 jul 2019 . Actualizado a las 20:38 h.

Es la gran asignatura pendiente del sector naval privado gallego y una de sus mayores frustraciones, por el volumen de negocio perdido en la década larga que lleva intentando poner en marcha el proyecto sin éxito.

Ahora que el sector factura y la cartera de pedidos acompaña, es el momento de volver a la carga e impulsar de una vez por todas la creación de un centro de reparación naval, un colchón necesario para este sufrido sector que permita seguir trabajando cuando la actividad constructiva afloje.

Y en esas están una veintena de empresas auxiliares del naval, con los grandes grupos como Mecanasa, Vicalsa, Tesol, Cotarena y Ganomagoga otra vez al frente, intentando sacar adelante la vieja alianza fundada en el año 2008 como Centro de Reparaciones Navales.

Esa sociedad, que tiene sede social en Vigo, en las dependencias de Asime (la patronal gallega del metal), sigue existiendo, según consta en el Registro Mercantil. Pero muchas cosas han cambiado en la última década. Para empezar, muchos de aquellos socios se han quedado por el camino, víctimas de la crisis del tax lease.

Ideado hace una década

También han cambiado las circunstancias del astillero Metalships, titular de las instalaciones sobre las que se proyectó el centro de reparación naval. Hace diez años, su propietario las valoró en 40 millones de euros, lo que, pese a la participación en la sociedad de Xesgalicia (el 14 %), el coste se hizo inasumible.

Ahora esas pretensiones económicas han bajado considerablemente. Fuentes del sector cifran el nuevo precio que cuelga de las instalaciones propiedad de Manuel Rodríguez (fundador del grupo Rodman) en 28 millones de euros, suma que todavía podría ser negociable.

El paquete incluye 80.000 metros cuadrados al borde del mar y la parcela de una antigua conservera que usaban como almacén.

«El proyecto vuelve a estar vivo», dicen fuentes del sector. Aclaran que quedan 24 de los 55 socios iniciales y un capital social de algo más de un millón de euros. Al frente del consejo de administración estaría José García Costas (Mecanasa), del que también forman parte Julio Gómez (Vicalsa), Fernando Couñago (Tesol) y Ángel Portas (Coterena).

«Las instalaciones de Metalships son las mejores para montar un dique en el que se puedan reparar grandes buques de más de 100 metros de eslora», reconocen algunos empresarios.

«Si consiguiéramos que solo 1.000 de esos barcos entraran en los muelles de Vigo a hacer reparación y mantenimiento estaríamos hablando de muchos millones de negocio», añaden.

Vulcano es otra opción

Pero a Metalships le ha salido un rival mucho más barato. El astillero Vulcano, cuyas instalaciones acaban de entrar en un proceso de liquidación, tras la reciente quiebra del astillero.

Las organizaciones sindicales ya se han dirigido a la Xunta de Galicia para que, en caso de que ningún inversor se anime a continuar con la actividad constructiva, se involucre en un proyecto industrial para reorientar la actividad de las instalaciones y transformarlas en un centro de reparación naval.

El objetivo con el que nació en su momento la empresa Centro de Reparaciones Navales fue convertirse en centro de atracción no solo para los grandes barcos que llevaban años construyendo, sino para una nómina de 24.000 potenciales clientes, que son los buques que se estima que transitan cada año frente a la ría de Vigo. «Disponer de unas instalaciones adecuadas podría multiplicar por 200 la facturación», dicen los empresarios, que subrayan que es un nicho de mercado más estable que la construcción de buques, «como ha quedado patente en estos últimos años».

Actualmente, la actividad de reparaciones puede suponer el 15 % de la facturación global del naval gallego y ha permitió mantener cierto nivel de actividad tanto en Vigo como en Ferrol durante toda esta década.

Ferrol, la alternativa pública

De que el arreglo de buques es un buen negocio da buena cuenta la división de Reparaciones de Navantia en la ría ferrolana, la alternativa pública al centro privado que se impulsa desde Vigo.

Por las instalaciones de las antiguas Astano y Bazán pasaron durante el pasado año un total de 42 buques mercantes, 7 más de los que lo hicieron doce meses antes. En términos porcentuales, implica un incremento del 20 %.

Aunque el mercado de la reparación naval es fluctuante, las previsiones que maneja el sector son las de mantener buenos niveles de actividad. Gaseros, quimiqueros, portacontenedores, petroleros, ferris y barcos de transporte son algunos de los que fueron sometidos a distintas obras de mantenimiento o de reparación. Las principales navieras a nivel internacional, como BP Shipping, Exmar, Shell o Elcano enviaron durante el pasado ejercicio sus barcos a la ría ferrolana.

Un negocio que emplea a casi 3.000 personas en la comunidad

Dentro del sector naval la actividad de reparación y mantenimiento de buques genera en Galicia 2.880 puesto de trabajo, según los datos de la Seguridad Social recopilados por la patronal Asime en su memoria anual del 2018.

Proporcionalmente es una actividad de poco peso, en un sector que cuenta con 12.000 trabajadores en activo (creció un 12,7 % en el 2018, respecto al anterior ejercicio), ya que solo en construcción de buques figuran activos 9.120.

Solo la industria de construcción de buques facturó el año pasado en Galicia 1.325 millones de euros, y la previsión es que la suma se supere al cierre del 2019.

El sector aseguran que una actividad de reparación asentada en la ría de Vigo y profesionalizada incrementaría considerablemente la cifra de negocio. Pero reconocen que una de las mayores dificultades a la que se enfrentan es la falta de profesionales cualificados. Ponen de ejemplo la maestría universitaria en Tecnología de la Reparación de Buques y Unidades off shore, que acaba de crear la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.