Parter promete más de dos años de trabajo en las fábricas de Alcoa

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Representantes de Parter, de traje, junto al presidente del comité de Alcoa de Avilés, José Manuel de la Uz, de azul
Representantes de Parter, de traje, junto al presidente del comité de Alcoa de Avilés, José Manuel de la Uz, de azul Luca Piergiovanni

Los comités apuran las últimas horas antes de aceptar la venta para arañar garantías

26 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los representantes sindicales de los casi 700 trabajadores de las fábricas de Alcoa en A Coruña y Avilés no quieren dejar ni un fleco suelto antes de dar el sí que les exige la multinacional del aluminio al principio de acuerdo con el fondo suizo Parter para la venta de las plantas. Este trato se alcanzó el martes 18 y debe estar firmado el domingo 30 a más tardar.

Pero antes de lanzarse en brazos del comprador -única opción para evitar el despido del 43 % de la plantilla total a partir de julio-, los comités apuran las últimas horas para intentar obtener las máximas garantías más allá de los dos años que promete permanecer Parter en Galicia y Asturias sin tocar al empleo. Para ello, sus representantes le hicieron un tercer grado a los inversores, con los que se reunieron ayer en Madrid durante varias horas.

Según fuentes del encuentro, citadas por Efe, el fondo suizo quiso tranquilizar a los sindicatos asegurándoles que llega a Galicia y a Asturias para quedarse y que su intención es conservar las plantas más allá de los 24 meses comprometidos en el acuerdo de venta con Alcoa. Eso sí, a partir del 2021 no seguiría con el 100 % de los empleados, a no ser que el precio eléctrico que rija para entonces sea lo suficientemente competitivo para rearrancar las series de electrolisis y retomar la fabricación de aluminio primario. Entonces, sí precisaría más personal.

En el peor de los casos, aseguraron los portavoces de Parter, las fábricas no cerrarán a partir del 2021, aunque garantiza trabajo para 500 operarios en total (250 por planta). Funcionarían solo las fundiciones y se dedicarían a la refusión del aluminio, es decir, a fundir chatarra, para lo cual no son precisas las electrolisis, que son las que consumen ingentes cantidades de energía eléctrica.

Aunque, en su plan industrial, Parter incluye la opción de retomar hasta febrero la actividad principal de las plantas: el aluminio primario. Para ello, la industria precisa incentivos que abaraten el coste de la electricidad, de lo contrario no puede competir con otras empresas europeas. La patronal del sector electrointensivo denuncia que la situación es alarmante, porque aquí las empresas pagan 20 euros más por megavatio hora que en otros países. Los sindicatos y los gobiernos autonómicos exigen al Gobierno que mueva ficha. El conselleiro de Industria, Francisco Conde, aseguró que, sin esa garantía de un precio eléctrico competitivo para la industria, el acuerdo de venta con Parter es solo una solución provisional.

El comité de empresa de A Coruña informó de que el Gobierno «entregó una carta a Parter con unas condiciones de regulación que tendrán que bajar el precio del megavatio hora entre 12 y 15 euros».

Prejubilaciones, ahora

Los sindicatos también plantearon en una reunión la semana pasada aplicar ahora parte del plan social pactado con Alcoa para el caso de que no se vendieran las fábricas. Tras el encuentro de ayer con el fondo suizo, el comité de A Coruña avanzó que se planteó «dar una salida más allá del 1 de julio a aquellos trabajadores que no quieran continuar en la planta».

Se trataría de facilitar las bajas incentivadas y las prejubilaciones voluntarias, que en el plan social pactado eran para trabajadores a partir de 53 años.

El comité europeo de Alcoa, presidido por José Luis Combarro, trabajador de la compañía en San Cibrao (Cervo), también debe emitir su veredicto sobre la operación de venta a Parter. Combarro avanzó que lo harán a lo largo de esta semana. El responsable del comité europeo recordó que el acuerdo para evitar los despidos en A Coruña y Avilés pasaba por encontrar un inversor que garantizase el 100 % del personal, una condición que no abundó en otros procesos anteriores de reestructuración vividos por Alcoa en sus fábricas europeas.

Si el precio eléctrico no es competitivo, seguirían 500 de los 700 operarios dentro de dos años