Víctor del Canto: «Trato en igualdad a mis hijas y a mi hijo, y así quiero que los trate el mundo»

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

M. Moralejo / Emilio J. Cerviño

La constructora Civis Global factura 40 millones, no tiene deuda, emplea a 400 personas y nunca ha hecho un ERE

10 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Civis Global es una empresa constructora gallega que cuenta con una plantilla de unos 400 trabajadores, factura 40 millones al año y ha ejecutado 307.000 metros cuadrados de obra industrial. No tiene deuda y sí una caja lo suficientemente saneada como para tomar decisiones y, si son equivocadas, no morirse. Así lo explica su presidente desde hace siete años, Víctor del Canto, un ejecutivo joven (44 años) que, por la celebración del Día de la Mujer, da su opinión:

-Como empresario y como persona tengo el máximo respeto hacia la mujer. Por encima de todo. En Civis Global creo que superamos la media en cuanto a número de trabajadoras que hay en cada departamento. En algunos, como el de prevención, todas son mujeres, lo que no suele ser habitual en el sector. Pero ellas lo hacen mejor que los hombres porque son más rigurosas. Tenemos jefas de obra, abogadas... Pero repito, como persona y presidente de esta empresa tengo el máximo respeto a la mujer. A su igualad. No cabría decir otra cosa.

-El equipo directivo lo integran siete personas. ¿Mujeres?

-Dos. [En un momento de la entrevista pasa la financiera por un pasillo. Hablaba por teléfono. La saluda y dice de ella: «La respetan en todos los bancos porque dice exactamente lo que hay»]. Tenemos implantado un protocolo para prevenir el acoso. Nunca tuvimos ningún caso, pero somos mucha gente y siempre es positivo prevenir. Exijo máxima transparencia. Yo soy padre. Tengo un hijo y dos hijas. Para los tres quiero lo mismo: igualdad. Así los trato yo, y así quiero que los trate el mundo.

-En la web de presentación de la compañía se repite hasta la saciedad «¿Quieres trabajar con nosotros?» ¿Les falta gente?

-Estamos buscando permanentemente nuevos perfiles profesionales. Es fundamental. Una de las máximas que yo tengo como empresario es crecer. Queremos crecer en todos los campos en los que estamos, en otros que son nuevos. Queremos crecer en Vigo, donde tenemos la sede, en Pontevedra, en Galicia, en Asturias, en Castilla y León, en Portugal... Son nuestros entornos naturales. Nuestra meta también es crecer en obra pública; y lo hemos intentado y hemos crecido en el sector privado, lo que es muy difícil. [La empresa ha realizado 1.500 obras entre 1989 y el 2017. En estos momentos están acometiendo la nueva planta del grupo Antolín en Valença o la de producción de asientos de Lea y Maviva, entre otras]

-Estaban en América...

-Nosotros... en la crisis, cuando arranca el proyecto de Civis Global [se hace cargo de la empresa en el 2011], existía muy poco mercado en España. Dimos un paso al exterior: Panamá, Arabia Saudí y Perú, y lo desarrollamos.

-¿Siguen estando allí?

-Ya no. Tengo mi teoría particular de que la construcción viaja no del todo bien. Mientras estábamos en el mercado internacional, fuimos cambiando la estructura de la empresa en España. Nos dirigimos principalmente al mercado privado y hemos conseguido situarnos en una posición, para nosotros, muy buena. Nos ha permitido incrementar el empleo casi un 35 % en los últimos cuatro años, hemos construido viviendas, naves industriales, fábricas, sedes empresariales... Queremos también retomar la obra pública, ir a la edificación, al ciclo combinado del agua, a la recogida de residuos, a las concesiones deportivas.

-Dice que la gente vuelve a tener ganas de comprar una vivienda.

-Sí, tiene necesidad. Hablo por lo que he visto, porque nosotros no somos promotores. Pero hemos construido vivienda en A Coruña y Vigo y el promotor ha vendido todo antes de acabar. Parece que la economía va un poco mejor, los bancos empiezan a prestar dinero y los promotores vuelven a animarse. [Argumenta que el sector constructor y el promotor son antagónicos. Advierte que, aunque el primero no provocó la crisis, hay grandes empresas que tienen un grave problema de deuda]. Nosotros somos constructores. Queremos ser transparentes y ágiles. Queremos crear empleo. No hemos tenido problemas. Nuca hemos hecho un ERE. Nuestra máxima es intentar no hacerlo.

-¿Cómo lo han logrado?

-Trabajando mucho. Inventando la pólvora para hacer obras y trabajos en Perú, en Arabia, en Panamá, en Portugal... Y también en Galicia, evidentemente.

-¿Y si tuviera que hacer un ERE?

-Para mí sería durísimo. Sería un pequeño fracaso como empresario. Es un tema humano. Afectaría a gente que está conmigo.

-¿Qué relación tiene con sus trabajadores?

-Muy buena.

-¿Los conoce por sus nombres?

-Sí, a todos, y todos tienen mi móvil, por cierto.

-¿Les ha subido el sueldo como recomienda el Gobierno?

-Lo hemos subido el 1 de enero.

-¿En cuánto?

-Ha sido un detalle, y creo que valorado. Nadie lo había pedido. Intentamos tener estos detalles y ahora que podemos lo hacemos.

-¿No me va a decir a cuánto asciende la subida? ¿A cada uno diferente?

-Ha sido igual para todos.

Víctor del Canto tiene claro que las obras se hacen para mejorar la vida de los ciudadanos. Si no lo hacen, algo falla.

-¿Han hecho algún puente?

-Sí, hemos hecho puentes.

-¿De los que se pueden cruzar o de los que no?

-De los que se pueden cruzar, y con seguridad.

-¿No son de los que te parece que te vas a caer?

-No entiendo la pregunta.

-Hay pocos ingenieros que entienda que hay una parte de la población (más del 6 %) que tiene miedo a cruzar sus puentes.

- Si el puente no se puede cruzar, algo falla. Nada se puede diseñar para uno mismo, si no para el usuario que lo usa, y si el que lo utiliza no puede cruzarlo, está mal. Los puentes siempre se tienen que poder cruzar. De un puente hay que pensarlo todo: el cálculo estructural, la barandilla, que es un elemento muy importante que puede provocar lo que está comentando. En ella la gente pone la mano, también impide que un coche se precipite... Las barandillas tienen que aportar seguridad, y evidentemente eso significa eliminar el vértigo. En cualquier obra hay que pensar en el usuario. Puedes hacer un ascensor maravilloso pero si la gente tiene que llegar a él a través de un túnel que le da miedo, está mal diseñado.

-Una cuestión personal. Tiene una rodilla mal.

-Sí ¿Cómo lo sabe? Se me rompió un ligamento.

-¿No la va a operar?

-Tengo dos traumatólogos en la familia, uno de 70 años y otro de 38. El primero me quería operar el mismo día, el de 38 me dijo que a los quirófanos se entra para cosas muy graves, y que esto no es grave.

-Dejó de fumar.

-Hace dos años. Me lo fumaba todo. Es difícil cuantificarlo porque estábamos tan perseguidos los fumadores... Lo dejé porque hay algo en fumar que no es coherente. Tragarte tanto humo y otras tantas cosas no es bueno. Me entró el agobio. La tos de la mañana, el tema de la rodilla... y descubrí un método.

-¿Cuál?

-El Champix. Me llevó una neumóloga de Povisa. Te tomas diez días dos pastillas y al décimo dejas de fumar. Luego te tomas otra pastilla durante dos meses. Pero tiene que ser bajo control médico porque tiene sus contraindicaciones. No he vuelto a fumar, aunque no sé si volveré algún día. El propósito es no hacerlo.

Una posibilidad

¿Se iría para Madrid?

Ante la pregunta de si se trasladaría a Madrid, Víctor del Canto dice: «Yo ya viví allí. En Madrid se juega la Champions, pero yo me casé con una chica de Vigo y mi familia está muy contenta de vivir en Galicia. Regresar fue mi obsesión hace ocho años cuando me surgió la oportunidad de comprar la empresa y hacer un proyecto muy bonito en Galicia. Mi mujer estaba aquí, mis hijos estaban aquí y yo no los veía. Así que solamente había tres opciones: me venía yo, se iban ellos para Madrid o me separaba de mi mujer. Y la verdad es que las dos últimas no me apetecían [ríe]. Estoy encantado de vivir en Vigo. Se vive muy bien y estás pegado al mar»