Gayoso pide el tercer grado tras 6 meses en prisión, menos de un tercio de la pena

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / REDACCIÓN

ECONOMÍA

benito ordoñez

La resolución de Instituciones Penitenciarias podría llegar este mismo mes

31 jul 2017 . Actualizado a las 17:04 h.

Han pasado casi seis meses desde que la Audiencia Nacional decretó el ingreso en la prisión de A Lama de Julio Fernández Gayoso. Fue el pasado 16 de enero. En todo este tiempo, el expresidente de Caixavigo, Caixanova y NCG -la entidad resultante de las cajas fusionadas- ha permanecido interno en ese centro penitenciario junto a José Luis Pego y Óscar Rodríguez Estrada, los otros dos altos cargos que cumplen la misma condena que él -dos años- por el escándalo de las prejubilaciones millonarias.

Ahora, transcurrido menos de un tercio de la pena impuesta, Fernández Gayoso está a la espera de que Instituciones Penitenciarias le permita disfrutar del régimen abierto, lo que supondría que quedaría en libertad, pero bajo control mediante una pulsera, o que estaría obligado a acudir a dormir a la prisión.

Fuentes penitenciarias confirman que el exbanquero ha solicitado acogerse al tercer grado, y que la petición está en fase de estudio. «La resolución podría llegar a lo largo del mes de julio. Si no fuera así, quedaría ya para septiembre», explican.

Estas fuentes consideran que, en condiciones normales, es muy probable que cualquier interno consiga el disfrute del régimen de semilibertad, siempre que la condena sea inferior cinco años. «En estos casos no hay requisito temporal de pena cumplida. Aunque, eso sí, siempre y cuando pague la responsabilidad civil derivada del delito», aclaran.

Hay que recordar que la Audiencia Nacional ordenó el cumplimiento de la condena porque los exdirectivos procesados solo han devuelto menos de la mitad del dinero reclamado en la sentencia. El auto se fundamentó en la gravedad de los delitos que supuso el cobro de prejubilaciones millonarias en plena crisis económica.

Pego y Estrada, también

Por eso uno de los requisitos que van a exigir las autoridades penitenciarias para la progresión de grado tanto de Gayoso como de Pego y Estrada -que seguirán el mismo curso, según las fuentes consultada- será que estos paguen 10,4 millones.

Aclaran fuentes penitenciarias que la junta de tratamiento de la prisión tendrá en cuenta factores como el historial, el estado de salud y la edad del interno, y su evolución en estos seis meses. Según esto, la avanzada edad de Julio Fernández Gayoso, de 85 años, puede ser una razón de peso para su inmediata excarcelación. Sin embargo, este argumento le falló al expresidente de las cajas en febrero pasado, cuando la Audiencia Nacional desestimó el recurso de súplica interpuesto por su defensa, por el que solicitaba la suspensión del cumplimiento de la pena.

En todo caso, la propuesta de clasificación de la solicitud de tercer grado para Fernández Gayoso tendrá que pasar el filtro de la Fiscalía de la Audiencia Nacional y después el del juez central de Vigilancia Penitenciaria.

Desde hace seis meses, Pego y Rodríguez Estrada son compañeros de celda, mientras que Fernández Gayoso comparte habitación con otro interno, ajeno al proceso de las cajas, en un módulo de baja peligrosidad.

Están en A Lama porque hace casi seis años, junto con los también exdirectivos Gregorio Gorriarán y Ricardo Pradas (estos dos, en la madrileña cárcel de Soto del Real) provocaron uno de los mayores escándalos financieros en España, las prejubilaciones millonarias (22 millones de euros, incluyendo planes de pensiones e indemnización por despido) en una entidad financiera que acabó precisando un rescate de 9.000 millones de euros procedentes de las arcas públicas.

Muchos banqueros condenados, pero muy pocos en la cárcel

Julio Fernández Gayoso y los exdirectivos de las antiguas cajas gallegas José Luis Pego, Óscar Rodríguez Estrada, Gregorio Gorriarán y Ricardo Pradas fueron los primeros banqueros que entraron en prisión en España por fraude financiero, después de que en el año 2013 el expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, pasase 15 días en la cárcel como preso preventivo. Salió tras pagar 2,5 millones de fianza.

En otros casos, los responsables de las cajas han sido condenados también a dos años de prisión, pero han logrado librarse de las rejas porque, hasta ese momento en que se decretó el ingreso de los ex altos cargos de NCG, lo normal era zafarse de la cárcel si el condenado carecía de antecedentes penales, ya que es potestad del tribunal decidir su ingreso en prisión si la condena no supera ese plazo.

Culpables, pero libres

Por ejemplo, en el 2015, la Audiencia Nacional condenó a dos años al ex director general de Caixa Penedès Ricardo Pagès y a otros tres directivos por el cobro irregular de pensiones millonarias. Sin embargo, ninguno de los cuatro ingresó en prisión porque acordaron devolver casi todo el dinero, 28 millones de euros, que se habían embolsado por «autoadjudicarse» esos retiros dorados.

El expresidente de Bancaja, José Luis Olivas, también fue condenado a un año y medio de cárcel por asesoramiento inexistente a Vicente Cotino, sobrino del expresidente de las Cortes Valencianas. La jueza le rebajó la pena por dilaciones indebidas, aunque tiene otras causas pendientes con la Justicia.

La Audiencia Nacional también condenó a principios del 2016 al expresidente de la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha, el exdiputado socialista Juan Pedro Hernández Moltó, y a su ex director general por falsear las cuentas de la entidad. Fueron inhabilitados para ocupar cargo público y quedaron absueltos del delito de administración fraudulenta. Tampoco ellos fueron a la cárcel.