Agravio al Popular por el rescate a la banca italiana

A. L. BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

TIZIANA FABI | AFP

La Junta Única de Resolución (JUR) decidió lavarse las manos y pasar el testigo al Gobierno transalpino para que decidiese cómo liquidar Banca Popolare y Veneto Banca

27 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si había que apostar, la decisión era fácil. Demasiado, incluso. Si se trataba de decir por dónde comenzarían a vislumbrarse las primeras fallas de la Unión Bancaria, la elección era simple: Italia. Así fue. El proyecto considerado como el más relevante del club desde la creación del euro quedó herido el viernes por la noche, con los mercados ya cerrados, después de que la Junta Única de Resolución (JUR) decidió lavarse las manos y pasar el testigo al Gobierno italiano para que decidiese cómo liquidar Banca Popolare y Veneto Banca, dos bancos de tamaño medio a los que el BCE bajó su pulgar. Finito. Sí, como el Banco Popular. 

Bueno, como el Popular no, sino con enormes cantidades de dinero público. Eso que jamás iba a ocurrir con la Unión Bancaria, sucedió. En Italia, cómo no. Y claro, Alemania torció el gesto recordando «la intervención con medios públicos debe ser la mínima posible». España, por su parte, busca ganar la batalla de la comparación. «Italia está haciendo lo que hicimos en el 2012, inyectar dinero público, reestructurar y sanear el sistema financiero», recalcó el ministro de Economía, Luis de Guindos.

«Sí, es complicado explicarlo, pero es así», confiesan fuentes comunitarias. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué ha habido un trato diferente a la entidad española que a las italianas? ¿España ha salido perdiendo, estigmatizada de nuevo frente a Italia? Son muchas las preguntas, pero si se trata de buscar una respuesta rápida y común sería algo así como «la política ha vuelto a primar sobre las reglas y Roma ha decidido inyectar dinero público porque hay elecciones en menos de un año».

Para entender lo sucedido en Italia y su diferencia con España hay que distinguir entre dos palabras: liquidación y resolución. En el primer caso (Italia), se siguen las normas nacionales de cada Estado a la hora de establecer quién sale perdiendo, y en el segundo (España), la voz cantante la lleva Bruselas y lo hace argumentando que está en juego el «interés general». Y con el Popular, dado su gran peso, el efecto contagio era evidente. Al parecer, con las entidades italianas no se corría este riesgo. En España perdieron 300.000 accionistas, miles de ellos, gallegos.

Lo paradójico es que la resolución del Popular ha sido loada por todos los grandes organismos internacionales y, ahora, resulta que este modelo es la «excepción», que la norma es la liquidación, la vía italiana. Este lunes, fuentes comunitarias insistían en recalcar que todo es legal y que las normas se adoptan a cada caso. Pese a sus enormes esfuerzos, la imagen de la Unión Bancaria ha quedado muy tocada.

Luksic denunciará a través del abogado de la infanta

El banquero chileno Andrónico Luksic será uno de los primeros grandes accionistas del Popular que dé un paso al frente en la batalla judicial para recuperar su inversión en el banco. Luksic fue uno de los últimos accionistas en entrar en el Popular; lo hizo en los últimos meses, aprovechando la caída de la acción e inyectando 90 millones de euros. Lo perdió todo con la resolución del banco. Para el proceso judicial que está dispuesto a abrir estará acompañado por el equipo de Miquel Roca, el también abogado de la infanta en el caso Noos.