La Barrié pierde una participación que ya no le daba dividendos, y podrá continuar

r. s. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS MÍGUEZ

Con la absorción del Popular, la Fundación se queda sin un activo importante: sus miles de acciones en el banco

14 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la absorción del Popular, la Fundación Barrié se queda sin un activo importante: sus miles de acciones en el banco. Esa pérdida es, admiten privadamente en la Fundación, un golpe importante. Como para cualquier accionista. Pero no compromete la viabilidad, al menos a corto plazo, porque esta organización cuenta con otras fuentes de ingresos desvinculadas del Popular, fondos con los que mantener sus 17 empleados y, sobre todo, su intensa actividad social, educativa, cultural y patrimonial. 

¿Depende la Fundación Barrié del Banco Popular?

No. Es una confusión muy frecuente. La Barrié es una fundación privada creada hace 51 años por Pedro Barrié de la Maza. Tiene su propio patronato, con José María Arias Mosquera al frente. Fue en su día máximo accionista del Banco Pastor, con el 42 % del capital. Tras la compra por parte del Popular, pasó a tener el 7,5 % del capital de esa entidad, valorado entonces en unos 450 millones de euros. La Fundación evitó mantener esa posición durante las sucesivas ampliaciones de capital (tres) desde el 2012, y al final, la semana pasada, contaba con un 1,4 % del Popular, valorado en unos 18 millones. Eso es lo que ha perdido. 

Al no tener ya acciones, ¿se queda sin ingresos?

No. Es otra confusión. La Barrié lleva desde el 2014 sin recibir dividendos en efectivo del Popular, porque el banco decidió suspenderlos para hacerlo en acciones o no repartir directamente. En el último pago recibió unos 16 millones de euros que ha ido gestionando desde entonces. 

¿De dónde proceden entonces los ingresos de la Fundación?

Principalmente, de las rentas por alquiler que la Fundación firmó con el Pastor en el 2009 y que luego asumió el Popular. Comprende oficinas y las sedes centrales de A Coruña y Vigo. Es un contrato que vence en el 2029, ampliable hasta el 2049 y que tendrá que asumir o romper (e indemnizar) el Santander. Son unos 5,8 millones de euros al año. Aparte, dispone de unos 40 millones en inversión fuera del Banco Popular y unos 120 millones en patrimonio inmobiliario.