La CNMV libera a los 9.000 accionistas atrapados durante 4 años en Pescanova

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Los accionistas de Nueva Pescanova
La Voz

Vuelve a cotizar con un valor congelado en 170 millones, y devaluado a 862.000 euros

06 jun 2017 . Actualizado a las 07:23 h.

El castigo ha durado más de cuatro años, y los que más lo han padecido son los 9.000 pequeños accionistas de aquella sociedad que, en marzo del 2013, comenzó a desintegrarse. Esa vieja Pescanova, hoy diluida en apenas un 1,7 % dentro del Grupo Pescanova que controla la gran banca, volverá a cotizar mañana. La cita con el mercado es a las 8.30 de la mañana. A esa hora el valor de la acción será de 5,91 euros, el precio en el que quedó congelada hace 4 años.

Será el momento largamente esperado por los pequeños inversores que, durante todo este tiempo, han tenido su dinero atrapado. Una vez levantada la suspensión, los títulos vuelven a jugar en bolsa, pero ¿a qué precio? ¿Hasta qué punto podrán recuperar su dinero los inversores de aquella sociedad?

Las expectativas no son nada favorables. El propio regulador ha advertido que el levantamiento de la suspensión después de tanto tiempo «podría provocar que el precio de cotización de las acciones pueda estar sometido a una elevada volatilidad».

Desplome seguro

Hay además un motivo contundente para esperar una fuerte caída en la jornada de mañana, y es el precio al que se han estado pagando los títulos de la sociedad en el mercado gris y según el cual el valor de mercado de la vieja Pescanova sería inferior al millón de euros, muy lejos de los 170 millones que costaba hace más de cuatro años, cuando fue suspendida. Esta valoración está hecha a partir de los 0,03 euros por acción a los que, según reconoce la propia la CNMV, se han estado realizado operaciones extrabursátiles de compraventa de acciones. De manera que si el capital social de Pescanova lo componen más de 28,7 millones de acciones, su valor actual rondaría los 862.131,54 euros.

Los analistas de mercados consultados dan por hecha una fuerte devaluación en la jornada de mañana. «Los precios de las últimas operaciones conocidas en el mercado gris anticipan un desplome del 99,5 % en su regreso a las pantallas de negociación», aseguran.

Los expertos no descartan que se produzca una estampida de accionistas que han estado atrapados durante los últimos cuatro años de suspensión y necesitados de liquidez. «Algo que incluso hundiría a la compañía más todavía como la tercera con el precio más bajo de todo el mercado continuo», advierten.

A pesar de estas poco halagüeñas perspectivas, el consejo de administración de la vieja Pescanova valoró ayer muy positivamente su vuelta al parqué. «Permitirá poner la acción en su valor», manifestó, y, en clara referencia a la retirada de los Carceller (grupo Damm) del accionariado, calificó esta venta de acciones a Broadbill (fondo mayoritario) en el mercado gris «como a una operación viciada por distorsiones de precio que puedan haber estado motivadas por un período de suspensión tan largo».

No hace alusión, sin embargo, a la compra que hizo Carolina Masaveu, que, entre los años 2013 y 2014, se hizo con el 7,13 % del capital en dos operaciones, también de espaldas al regulador, al precio simbólico de 0,0001 euros por título. «Simplemente con venderlas a 1 euro obtendría unas plusvalías de 2 millones», comentaban ayer en un foro de minoritarios de Pescanova.

Remontada en el capital

A la espera de lo que dicte el mercado, la vieja sociedad no se amilana. Ayer calificó su vuelta a la cotización como «un paso más dentro de la hoja de ruta de la compañía», y confirmó que la siguiente acción será avanzar en la recuperación del peso perdido dentro del Grupo Pescanova, utilizando la vía judicial, «mediante la interposición de la correspondiente demanda contra la ampliación de capital aprobada en Nueva Pescanova el 19 de abril del 2017, y recuperar así la participación del 20 % en el capital al que Pescanova S. A. tiene derecho».

Especulación y mercado gris, de espaldas a la suspensión más larga de la historia

El 70 % del capital de la vieja Pescanova estaba en manos de pequeños accionistas: parejas jóvenes, jubilados, trabajadores, estudiantes o incluso parados que invirtieron sus ahorros, aconsejados por bancos y agencias de inversión; pero, sobre todo, que apostaron por una empresa «de confianza» del mercado continuo. Todos ellos (alrededor de 9.000) quedaron atrapados en marzo del 2013 cuando la CNMV dictó la suspensión de cotización más larga de la historia reciente.

Hoy por hoy, el accionista mayoritario de esta sociedad de cartera, que solo genera ingresos a través de su participación del 1,7 % en el Grupo Pescanova, es el fondo de inversión americano Broadbill Investment Partners que se ha hecho con el 11,564 % del capital en diferentes operaciones, entre las que destaca la compra del 6 % a la familia Carceller, propietaria del grupo Damm, que salió de Pescanova tras varios intentos frustrados de hacerse con el control.

Pero, además, en esta sociedad está el expresidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, con un 7,51 % de las acciones, aunque embargadas por orden judicial, a la espera de que los tribunales depuren responsabilidades por la quiebra de la compañía. Como accionista de referencia sigue también el fondo de inversión Luxempart (7,28 %); la inversora Carolina Masaveu que, a través de a través de su sociedad Crisgadini S. L., se hizo con un el 7,13 % que le llevó a ocupar un puesto en el consejo.