La corrupción se cuela en el Primero de Mayo

a. balseiro / B. capelán MADRID / A CORUÑA / LA VOZ

ECONOMÍA

Paco Campos | Efe

Los sindicatos denuncian el «tufo» de esta «lacra» y reclaman la unidad de la oposición para erradicarla, además de advertir a la patronal que sufrirá «un calvario» si no sube los salarios

02 may 2017 . Actualizado a las 08:46 h.

La corrupción se coló este lunes en la celebración de un Primero de Mayo para el que UGT y Comisiones Obreras escogieron el lema «No hay excusas. A la calle», con el que lograron movilizar en Madrid -la manifestación central de las 73 convocadas por todo el país- a 50.000 personas, una cifra que la Delegación del Gobierno redujo a menos de un cuarto de ese número.

Multitud de pancartas con mensajes alusivos a los últimos escándalos judicializados, como el que implica al expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ponían de manifiesto el profundo malestar de la ciudadanía con la corrupción, algo que también quedó patente en los discursos de los líderes sindicales en la Puerta del Sol, donde concluyó la manifestación que arrancó en la plaza de Neptuno.

«Mientras nos estaban robando a manos llenas nos decían que había que apretarse el cinturón, que había que hacer políticas de austeridad», dijo Pepe Álvarez, secretario general de UGT, que calificó de «pornográfica» la corrupción del país, durante su intervención. En la misma línea, su homólogo de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, en el que fue su último Primero de Mayo al frente del sindicato, reclamó la unidad de la oposición para acabar con «las políticas y los políticos» que conducen al desempleo y la desigualdad mientras persiste «el tufo a corrupción». «Solo un frente unido va a permitir que este país avance por la senda social, de reparto de riqueza y solidaridad», subrayó.

Llamamiento «a la calle»

Por ello, ambos líderes hicieron un llamamiento a la movilización social, «a la calle, a la huelga», como vía para conseguir el cambio social que precisa el país y avanzar en la recuperación de los derechos de los trabajadores.

De hecho, retomaron el discurso que las dos organizaciones mantienen desde hace meses, y agitaron la bandera de la huelga, advirtiendo a la patronal que vivirá «un calvario» en la negociación colectiva abierta si no pacta subidas salariales, irrenunciables, ahora que las empresas están recuperando los niveles de beneficio del 2008. De no hacerlo, «el conflicto está servido, porque iremos a la negociación empresa por empresa, sector por sector. Que no se quejen de que sube la conflictividad», avisó Álvarez, que llegó a advertir que incluso «pararán las fábricas del país», defendiendo en su discurso la lucha obrera -precisamente se cumplen 40 años de la legalización de los sindicatos- porque «nunca se ha conseguido una conquista sin mojarse». «No se puede hacer tortilla sin romper huevos», añadió.

Tumbar la reforma laboral

Varias decenas de miles de trabajadores secundaron las 73 manifestaciones celebradas en el país, en las que también tomaron parte representantes políticos. En Galicia, la marcha central convocada por UGT y CC.OO. para reclamar la derogación de la reforma laboral y la recuperación de derechos fue la que recorrió A Coruña, congregando a 4.000 personas, según los organizadores. La Policía Local rebajó el cálculo a la mitad.

«O PP traballa para que o capital funcione. As institucións públicas son, hoxe en día, unha cloaca», afirmó en su intervención el secretario xeral de CC.OO. Galicia, Xosé Manuel Sánchez Aguión, mientras que el responsable de UGT, José Antonio Gómez, se mostró beligerante tanto con el Gobierno como con la Xunta, pero tendió la mano a la CEOE para «poñer enriba da mesa unha proposta decente» para los trabajadores.

En la marcha, que transcurrió sin incidencias, participaron los diputados de En Marea Yolanda Díaz y Antón Gómez-Reino.

La CIG también convocó una manifestación en A Coruña. Su secretario comarcal, Xavier Filgueira pidió «unha folga xeral» contra las políticas del Gobierno.