El Popular acelera la venta de negocios para reducir su necesidad de capital

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Los últimos 5 años en bolsa del Popular
La Voz

Tiene media docena de operaciones en marcha, y descarta desprenderse del Pastor

12 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Popular tratará de acelerar la venta de activos no dedicados al negocio bancario más tradicional, el centrado en particulares, pymes y grandes empresas, con el objetivo de incrementar su solvencia y reducir las necesidades de fondos ante la posible ampliación de capital que avanzó el lunes el nuevo presidente, Emilio Saracho. Esa cartera de desinversiones, según coinciden las fuentes consultadas, tiene dos operaciones muy avanzadas: la venta de la división de tarjetas Wizink y la filial de Estados Unidos Totalbank. A ellas se suman otros posibles movimientos -entre cuatro y seis- que permitirían reducir la necesidad de nuevo capital que algunos analistas estiman por encima de los 2.000 millones.

Sobre el papel, el Popular cumple con los requisitos legales de solvencia, aunque en unos niveles muy justos. Y el mercado le están pidiendo más. Prueba de ello es el nerviosismo que hay en la bolsa, que no ha conseguido aplacar ni el cambio de presidente (Saracho entró a finales de febrero), ni el de consejero delegado ni el anuncio de posibles planes futuros. Este martes marcó un nuevo mínimo histórico y la acción cayó hasta los 66 céntimos; hace cinco años era 10 veces más. El banco vale hoy menos de 3.000 millones, algo impropio de una entidad de su tamaño.

Entre las desinversiones no están, coinciden las fuentes consultadas, el Banco Pastor, por la rentabilidad que le ofrece al grupo y porque supondría perder Galicia, uno de los principales mercados para el Popular, con una baja morosidad y una presencia muy fuerte en pymes y en particulares (es la segunda entidad en cuota de mercado).

El peso de Galicia

El Pastor opera con ficha bancaria propia, con su red en Galicia de 202 oficinas, y con unos 900 empleados. La entidad, con unos activos de 11.200 millones de euros, cerró el año pasado con unos números rojos de 41,7 millones, tras el fuerte saneamiento que ejecutó, como también hizo la matriz, que en cambio presentó -comparativamente- un agujero mucho mayor: 3.200 millones. También le penalizaron las sentencias de cláusulas suelo.

Las desinversiones a la vista permitirán a la entidad incrementar su ratio de capital por dos vías: una, las plusvalías que le generen las ventas; otra, que esos activos dejarán de consumir capital. En función de cómo salgan las ventas, el banco podría tomar tras el verano una decisión clave, explican fuentes del mercado: o bien ejecutar esa ampliación de capital por un montante aún por determinar (y que también variará en función de esas operaciones previas), o ir directamente a una venta. La ampliación estaría pensada exclusivamente para grandes accionistas, no para los pequeños, que en todo caso verían cómo su peso en el banco se diluiría. Esta vía podría llevar a que fondos o bancos extranjeros entraran como principales accionistas, y pasaran a controlar el Popular.

La opción B sería la venta directa. ¿A quién? En España, por tamaño, solo hay dos bancos capaces de absorber el Popular (y consecuentemente el Pastor): el Santander y el BBVA. Y es el segundo el que parece más interesado, según coinciden en el sector.