¿Cuál es la comodidad mental de Amancio Ortega?

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

Su último proyecto ha sido la donación de 320 millones para la adquisición de equipos para luchar contra el cáncer

09 abr 2017 . Actualizado a las 09:34 h.

Como aries que es -nació el 28 de marzo de 1936 en Busdongo de Arbás, un pueblo de León en la pedanía de Villamanín-, Amancio Ortega prefiere dar instrucciones que recibirlas; es activo, no le gusta esperar y los fracasos los lleva mal. Su día a día pasa por ir a la oficina y mantener su cabeza ocupada entre Inditex, Pontegadea y su fundación. Aseguran algunos de sus colaboradores que su «comodidad mental pasa por estar ocupado en hacer cosas». Va de proyecto en proyecto. El último fue la donación de 320 millones para la adquisición de equipos para luchar contra el cáncer.

¿Por qué montó Ortega una fundación?

Estaba ya en la treintena cuando el que siempre había sido un trabajador por cuenta ajena comenzó a dar sus primeros pasos como empresario. El embrión de la primera multinacional del mundo fue un taller que se puso en marcha en casa de Primitiva Renedo -cuñada de Ortega y mujer de su hermano Antonio-, de allí pasó a un bajo de la calle San Rosendo y después a la calle Noia. Comenzaron cosiendo batas de boatiné que, según la hemeroteca, se vendían a los comercios a 98 pesetas. Ortega creó Goa en 1963 y así continúa la andadura de un grupo con un volumen de facturación de 23.311 millones de euros. Hubo un hecho que ocurrió en el año 2001 y no volvió a repetirse: Amancio Ortega decidió desprenderse de una parte del capital de su empresa. Lo hizo en bolsa con el objetivo de que la compañía, de la que dependen 165.000 familias de manera directa, tuviese continuidad. En ese momento que monetarizó su éxito, el empresario tuvo que decidir qué hacía con los 1.200 millones que tenía encima de la mesa. A sus 65 años optó por impulsar otros dos proyectos: Pontegadea -se ha convertido en una de las inmobiliarias más importantes de España con una volumen de inversión de 1.800 millones en el 2016- y su fundación (FAO).

¿Cuánto ha destinado el empresario a proyectos de orden social desde que constituyó FAO?

Desde el 2001 se calcula que destinó unos 500 millones de euros. El último proyecto ha sido la donación de equipos de lucha contra el cáncer que se instalarán en hospitales públicos de toda España. Para afrontar esta iniciativa, primero se hizo una búsqueda de necesidades. Se certificaron entonces los efectos que la crisis había generado en la renovación de los equipos médicos. El problema era coincidente en todo el territorio nacional. Una vez pactado con las autoridades sanitarias de cada comunidad autónoma que se cubrirá esa necesidad, la oferta para la compra del material se saca a concurso y, una vez que se recibe, la Fundación Amancio Ortega lo paga. Hay que tener en cuenta que la decisión pasa por comprar la última tecnología que haya en el mercado. En el caso de los aceleradores lineales solo hay dos fabricantes en el mundo: la estadounidense Varian y la sueca Elekta.

Este proyecto relacionado directamente con la salud de los ciudadanos empezó en Galicia. Luego se extendió a Andalucía (hubo algunas llamadas interesándose por él) y, una vez concluido, en una mesa de reuniones, Ortega propuso: «¿Por qué no lo llevamos al resto de España?». «Ese es su planteamiento vital -dice uno de sus colaboradores-; si algo funciona, quiere que crezca y que cada vez sea más eficiente. Su comodidad mental pasa por estar ocupado en hacer cosas». Esa puede ser una buena explicación para entender cómo uno de los hombres más ricos del mundo sigue, a sus 81 años, yendo a la oficina todos los días.

¿Cuál es la iniciativa que más le gusta?

La última es la que más espacio le ocupa en su cabeza.

¿Cómo se eligen los proyectos?

FAO busca proyectos prácticos, que generen beneficios de manera inmediata en la gente y lleguen al mayor número de personas posible. A eso lo denominan transversalidad. Cualquier individuo de cualquier condición social tiene opción a acceder a las iniciativas que se han puesto en marcha.

¿Quién elige esas iniciativas?

Se exploran y se proponen, pero la voz más relevante es siempre la de Amancio Ortega. Además de las acciones llevadas a cabo con instituciones como Padre Rubinos, el Banco de Alimentos, Proyecto Hombre, Cáritas, Aspronaga y Aspace, destaca un programa de ayudas dirigido a estudiantes preuniversitarios que ofrece cada año 500 becas para estudiar un curso escolar completo en Estados Unidos o Canadá. El objetivo es proporcionar una inmersión completa en la cultura del país de acogida e impulsar el aprendizaje del inglés. La beca cubre el 100 % de la estancia, incluido el viaje de ida y vuelta. Esta iniciativa tiene un coste anual de 10 millones de euros (20.000 por niño).

¿Solo impulsó una acción en el extranjero?

Sí. Se trata de una colaboración con la Fundación Agrónomos sin Fronteras para un proyecto de formación en técnicas de cultivo y ganadería dirigido a la población agrícola de las tierras altas del sur de Tanzania. Se estableció en Pawaga, donde se constituyó una cooperativa para la creación y gestión de la poscosecha y almacenamiento del producto. La cooperativa ha contado con 6.000 beneficiarios directos y 30.000 indirectos. No se descarta que haya más iniciativas de este tipo.

¿Hay establecido un límite al dinero para destinar a la fundación?

No. El límite será el que el fundador decida, pero, según explican, Ortega no hace cuentas al respecto. Le importa el resultado y que la partida económica se gaste bien. De nada vale tener cientos de millones de euros pendientes de inversión o mal invertidos. Cuando hay un proyecto que se considera que vale la pena poner en marcha, se procede al desembolso de la cantidad que requiera.

¿Quién está en el patronato de la fundación?

El patronato está integrado por Amancio Ortega (presidente); su mujer, Flora Pérez Marcote (vicepresidenta); su hija Marta Ortega; su mano derecha, José Arnau; la persona por la que se decantó para que ocupase la presidencia de Inditex, Pablo Isla; y por otra de sus personas de máxima confianza, Antonio Abril. El fondo fundacional se eleva a 60 millones.

¿Está garantizada la continuidad?

Aseguran en la fundación que sí. Ortega busca la continuidad de sus proyectos. Hay un compromiso directo de la familia. Su esposa es la persona que representa a la fundación en público.