«Todo cambiará con los robots, y hay que estar preparados para ese cambio»

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

ECONOMÍA

Javier Albisu | Efe

La eurodiputada luxemburguesa cree que la robotización hará que la producción vuelva a Europa

02 abr 2017 . Actualizado a las 09:53 h.

Desde el piso 15 del edificio Altiero Spinelli se ven puntos diminutos que van y vienen entre los edificios de oficinas, grúas y tejados o dentro de los autobuses que cruzan la Plaza de Luxemburgo. Muy pocos sabrán que en una década hasta el 70 % de sus empleos podrían ser sustituidos por robots. Eso dice el informe de la eurodiputada socialdemócrata Mady Delvaux. La luxemburguesa trata de convencer a sus compañeros del Parlamento Europeo de la urgencia de tomar medidas para evitar el desempleo masivo. 

-¿Estamos preparados para introducir los robots en nuestras vidas?

-Tenemos que estar preparados porque no imagino que la gente no los utilice cuando estén listos para ser usados. Miremos lo que está pasando en la industria de la automoción con coches autónomos muy atractivos que ofrecen grandes ventajas. Van a llegar al mercado y es por ello que debemos atender a la estandarización, encriptación y estratificación, también de redes y software. Es un gran reto y costará mucho dinero. 

-¿Podemos estar seguros si los Gobiernos no acuerdan normas comunes?

-No será un tema fácil, pero es obvio que hay que aclarar cuestiones de seguridad,  protección, responsabilidad y privacidad. Es difícil de resolver. Tenemos que minimizar los riesgos. El gran tema es la privacidad porque los robots son máquinas, pero pueden conectarse a la red y recolectar muchísimos datos muy distintos. Estarán presentes en la vida diaria.

-¿Qué sectores se verán más afectados por su irrupción? 

Impacto significa que cambiarán, no significa que desaparezcan. Algunos puede que sí lo hagan, como el de los taxistas. No estoy segura de que en el futuro se sigan necesitando. Habrá una transición difícil. Hay que insistir en la educación. La gente debe prepararse y adquirir  las habilidades necesarias para interactuar con robots sin aversión.

-¿Será más difícil adaptarse en países como España, con economías menos tecnologizadas?

-Confieso que no lo sé. Todas las profesiones sufrirán el impacto. Médicos, abogados... Todo cambiará, la cuestión es cómo nos preparamos para cambios de tanto calado. 

-Arrastramos décadas de deslocalizaciones empresariales, ahora tenemos cifras altas de desempleo y parece que la mano de obra humana será reemplazada por robots, ¿es descabellado pensar en guerras luditas como las del siglo XIX?

No, no soy tan pesimista. La robotización también puede hacer que la producción vuelva a Europa. Una de las razones por las que se deslocaliza es porque el coste de la mano de obra en algunos países es muy caro. Pero ahora la gente quiere productos muy individualizados, no en cadena como los que se fabrican en terceros países. Así que es una oportunidad para traer de vuelta empleos a Europa. 

-¿Cómo cambiará el modelo de negocio de multinacionales como Zara? 

Al margen de la relocalización, los expertos me dicen que en lo que respecta al sector textil, podremos acudir directamente a las tiendas, elegir la ropa que queramos, en el color y la talla que convenga. Con las nuevas técnicas de reimpresión las prendas serán producidas in situ

-¿Cómo afectará la robotización a la crisis demográfica europea?

-Uno de los argumentos de la industria es que en 20 años habrá un aumento acentuado de la población mayor de 60 años y que un alto porcentaje necesitará asistencia y cuidados que no podemos cubrir solo con el capital humano disponible. Los robots en el sector sanitario pueden ser últiles para facilitar las cosas a los mayores y ayudarles a tener una vida más agradable. Algunos robots pueden entretener a la gente. Aunque la deshumanización es una de nuestras preocupaciones. Escucho a algunos expertos, pero también a gente que gestiona instituciones de asistencia y creen que el aislamiento es uno de los mayores problemas

«No hay interés por implantar una renta básica universal»

Bruselas trata de poner coto a las tretas de algunas multinacionales para eludir el pago de impuestos. Con la llegada de los robots se le abre un nuevo frente.

-En el escenario de una masiva robotización del trabajo, ¿cómo podemos preservar los servicios públicos?

-Esa es mi preocupación y por eso propongo en el informe analizar al detalle qué está pasando exactamente y cómo pueden afectar los robots. No es suficiente decir que tendrán impacto en el 70 % de los puestos de trabajo. Hay que saber en qué se traduce ese impacto. Si se da un escenario de pérdida masiva de empleo tenemos que buscar vías para garantizar una vida digna a los ciudadanos y la cuestión es si debemos imponer tasas a los robots y sobre qué tipo de robots. Si se imponen a los beneficios sobre la actividad de los humanos, por qué no a la de los robots. Los países deberán buscar una forma de poder financiar sus servicios públicos y su seguridad social. 

-¿Qué pasa si un país los grava y otro no? Otra guerra fiscal entre Estados miembros...

Las discusiones fiscales están en marcha. Dependiendo del día soy más o menos optimista. Al final creo que no podemos lanzarnos a competir a ver quién ofrece impuestos más bajos. 

-¿Hay interés por implantar una renta básica universal? 

No hay en absoluto interés. En el borrador del informe propongo acelerar el debate y tener expertos en el tema porque hay proyectos piloto en marcha en diferentes países y mucha gente inteligente, como Bill Gates, que también creen que debería introducirse. Esto está vinculado al debate sobre la creación o la pérdida de puestos de trabajo, pero no sabemos qué pasará. Los expertos están muy divididos.