Los ganaderos podrán vender carne y leche cruda directamente al consumidor final

Xoán Ramón Alvite Alvite
Xoán Ramón Alvite REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

El Gobierno ultima la normativa para regular una práctica comercial muy común en el resto de Europa

28 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si todo va según lo previsto, los ganaderos gallegos podrán vender de forma directa, sin intermediarios, la carne y la leche de sus animales a pequeños comercios e incluso a los propios consumidores. Esa parece ser al menos la intención del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, que trabaja en la normativa que regulará la puesta en marcha de una práctica comercial que lleva décadas desarrollándose con éxito en países como Italia, Alemania o Francia.

De hecho, en este último país estas transacciones están totalmente generalizadas, hasta el punto de que el 87 % de los consumidores galos reconocen haber adquirido directamente al productor al menos una vez, mientras que cuatro de cada diez lo hacen de forma habitual.

Las supuestas ventajas de la venta directa -desde la calidad del producto a la mejora de la rentabilidad para los ganaderos, propiciada por la ausencia de intermediarios- han provocado un inusitado consenso dentro del sector, que no solo apoya la puesta en marcha de esta medida, sino que pide que su implantación sea lo más rápida posible.

Desde la propia Consellería do Medio Rural se recuerda que ya en enero del 2014 se demandó al ministerio la regulación de este tipo de ventas y, pese a mostrar su cautela porque «estamos a falar dun borrador que, polo tanto, pode variar», reconoce que resultará beneficioso para los productores.

Opinión similar ofrecen las organizaciones profesionales agrarias. «Aos consumidores, a compra directa permitiralles acceder aos produtos máis frescos e de maior calidade do mercado, pero a un prezo non incrementado polas marxes que levan os intermediarios», apunta Román Santalla, secretario de Ganadería de UPA, matriz estatal de Unións Agrarias, una de las entidades que más se está movilizando para que esta normativa vea la luz. «Evidentemente, non é unha solución aos problemas estruturais do sector agrogandeiro, pero si abre expectativas de vías de negocio de moitas granxas», reconoce. En esa línea se manifiesta también Francisco Bello, vicepresidente de Asaja, que incide en la necesidad de realizar controles exhaustivos para garantizar que se cumplen todas las normativas sanitarias y de salubridad alimentaria. Aspectos ambos a los que el borrador ministerial, en cuya elaboración participó la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), presta especial atención.

Leche sin tratamiento térmico

La nueva reglamentación sobre la venta directa también abre nuevas posibilidades para las explotaciones lecheras gallegas, pues les permite la comercialización directa de su producción sin ningún tipo de tratamiento térmico. Es decir, las granjas pueden vender la leche en crudo siempre y cuando cumplan con la normativa sanitaria en relación con la calidad del producto y su enfriamiento tras el ordeño.

Los principales requisitos que establece el borrador del decreto pasan por la obligatoriedad de que la leche sea envasada para su venta y que este proceso se lleve a cabo mediante un dispositivo de cierre que impida su contaminación. También se exige que en la etiqueta figuren, junto a la fecha de envasado, las indicaciones de que, al tratarse de leche cruda, es necesario hervirla antes de consumir y que su conservación debe realizarse a una temperatura de entre 1 y 4 grados centígrados.

Sacrificios en las granjas

Una de las principales novedades recogidas en el proyecto normativo del ministerio es que permite a los productores avícolas y cunícolas -estos últimos deberán tener menos de 50 madres- realizar sacrificios de animales, con destino a la venta directa, dentro de su propia explotación. Se establece, sin embargo, un tope de 25.000 aves y de 15.600 conejos al año.

Del mismo modo, el borrador planteado por la Subdirección General de Promoción de la Seguridad Alimentaria también abre la puerta al sacrificio de especies como la porcina o la equina, si bien, por tratarse de animales sensibles a la triquina, es necesaria la realización de análisis complementarios que descarten la presencia de este parásito.