Motivos para la esperanza

Patricio Sánchez SUBDIRECTOR DEL FORO ECONÓMICO DE GALICIA

ECONOMÍA

25 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En el 2016 las exportaciones gallegas superaron por primera vez el listón de los 20.000 millones de euros. Una cifra récord y que supone un hito, por representar un comportamiento claramente mejor que el registrado en el conjunto de España y por algunos de los aspectos en los que se fundamenta este crecimiento. No obstante, y como siempre en economía, todo dato trae consigo consideraciones que deben ser interpretadas como retos para consolidar un crecimiento de garantías. En términos globales, el pasado fue un buen año para el comercio exterior en Galicia. A esto cabe añadir, por su relevancia, el incremento experimentado en el número de empresas exportadoras. Se trata de un aspecto especialmente importante, desde el que hace tiempo venimos incidiendo en el Foro Económico de Galicia. Con 400 empresas exportadoras más, Galicia se anotó un aumento anual del 6 %, lo que representa 5 puntos más de los cosechados por España. Un motivo para la esperanza.

Europa sigue siendo el destino preferente de las salidas de productos gallegos, al concentrar tres cuartas partes de las mismas. Aun así, y como otro motivo para la esperanza, las exportaciones a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) también se han visto incrementadas en casi un 2 %, reflejando nuevamente un mejor comportamiento que el conjunto español. Hay más empresas gallegas que venden en esos países. Todo ello dibuja una situación donde el vector internacional en nuestra economía adquiere un papel relevante y que debe ser aprovechado. Las exportaciones gallegas suponen casi un 8 % del total. Si comparamos esta cifra con la participación de Galicia en el PIB español, es tres puntos superior.

A la necesidad de incrementar la base de empresas exportadoras cabría añadir dos matizaciones. La primera tiene que ver con la concentración territorial. Es preciso abrirse a nuevos mercados, y el aumento del comercio exterior a los BRICS apunta en la buena dirección. La segunda cuestión está relacionada con la concentración sectorial. Dos sectores son claramente protagonistas: confección y automoción. Si bien estos deben seguir ejerciendo de tractores, es conveniente incorporar nuevos ámbitos que puedan contribuir a que los buenos datos del año pasado se consoliden en el futuro.