Así eran los «black friday» de Rato y Blesa

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

EFE

Gasolineras, agencias de viajes, restaurantes, hipermercados, clubes de ocio... Los 65 titulares de las Visas corporativas mantuvieron un patrón de comportamiento estable a lo largo del tiempo

25 feb 2017 . Actualizado a las 09:58 h.

No es que necesitaran descuentos especiales, porque ellos iban a gastos pagados, pero los directivos y los consejeros de Caja Madrid disfrutaban cada semana de su particular black friday. Era llegar el viernes y, como nos ocurre al resto de los mortales, la tarjeta empezaba a echar humo. Claro que, cuando sabes que los cargos no van contra tu cuenta corriente, el plástico se desenfunda con más alegría.

Gasolineras, agencias de viajes, restaurantes (de más o menos tenedores), hipermercados, clubes de ocio... Los apuntes de la hoja de cálculo que ha acabado por condenarlos a todos (pese a los intentos por desacreditar la prueba durante el juicio) demuestran que los 65 titulares de estas Visas corporativas mantuvieron un patrón de comportamiento estable a lo largo del tiempo.

Echemos la vista atrás diez años. Al 3 de marzo del 2007. Era viernes y empezaba el fin de semana. Antes incluso de amanecer, la directora de la obra social de la antigua Caja Madrid hacía el primer cargo a la entidad. Algo más de 78 euros en un restaurante Vips de las afueras de Madrid. Ya empezado el día, Antonio Romero, consejero a propuesta del Partido Socialista de Madrid, llenaba el depósito y le pasaba los 73 euros a la caja. Casi a la misma hora, Mercedes Rojo pagaba un taxi con una tarjeta que había recibido por un puesto, el de consejera, al que accedió por un único mérito: haber sido secretaria de Esperanza Aguirre.

Eso sí, peccata minuta comparado con los 1.200 euros que Sánchez Barcoj, condenado por la Audiencia Nacional como cómplice de Blesa y Rato en el montaje de este entramado para apropiarse de fondos de la entidad, retiró por ventanilla con cargo a la tarjeta opaca al fisco. No fue el único que prefirió el dinero en metálico. Matías Amat, Enrique de la Torre y Antonio Romero (de nuevo) pasaron por el cajero para sacar el efectivo necesario para pasar el fin de semana: 500 euros cada uno. No era una excepción, porque muchos de esos nombres se repiten, con idénticas retiradas, semana tras semana. A partir del mediodía, empezaba el desenfreno, sobre todo en restaurantes. Entre los nombres que ese día almorzaron a costa de la caja destaca el de Ramón Espinar Gallego, padre del actual secretario general de Podemos en Madrid, que también tiró de Visa en El Corte Inglés e Hipercor. Para cerrar la jornada, nada mejor que un buen cochinillo en un conocido asador del centro de Madrid. Tuvo que ser una cena bastante concurrida, porque Miguel Blesa cargó más de 511 euros a su black.

No se moderaron

Claro, podrán pensar, esto era 2007 y la crisis no había asomado la cabeza. Pero la verdad es que los hábitos no cambiaron mucho con el tiempo. Cierto es que los grandes gastos, los que superan los diez mil euros, son todos de la época de Blesa -que pagó dos viajes de casi 13.000 euros con solo tres meses de diferencia, cantidad superada por Sánchez Barcoj, que desembolsó 17.000 en la Nochevieja del 2009-, pero la llegada de Rato no cambió la operativa.

Solo hay que ver los gastos realizados por el que fue vicepresidente del Gobierno. Famosos son los más de 3.500 euros que se dejó en una sola compra de bebidas alcohólicas, pero el presidente de Bankia gastó más de 17.000 euros en restaurantes en sus poco más de dos años al frente de la entidad, en los que mostró su gusto por las buenas mariscadas. Es casi la misma cantidad que fue sacando de los cajeros, de los que retiraba mil euros de cada tacada (a veces, con solo un día de diferencia). La última vez fue el 5 de mayo del 2012. Dos días después, dimitía de su cargo, pero tras abandonar el puesto aún le dio tiempo a darse un último homenaje pagado por la entidad: una cena de 342 euros en el restaurante Pepa, de Madrid. El resto de la historia ya la conocen...